Más participación de la esperada

Los estadounidenses parecían haberse despertado ayer de la tradicional indiferencia con la que viven sus elecciones. Los primeros datos apuntaban a una amplia participación, superior al 50% -unos cien millones de electores-, que suele ser la norma. "La participación es la clave de la victoria en una de las elecciones más reñidas de esta generación", destacó un portavoz de Al Gore. La alta participación debía, en principio, favorecer a los demócratas. Los últimos sondeos, que daban una ligera ventaja a los conservadores, podrían haber movilizado a los simpatizantes de Gore, hasta ahora aletargados en las encuestas. En cambio, los votantes republicanos se han mostrado desde el inicio mucho más entusiastas, motivados por la posibilidad de acabar con los ocho años de Gobierno Clinton. "La participacion está siendo muy elevada en los Estados en disputa; la mayoría con un pasado histórico demócrata", enfatizó dicho portavoz. Se esperaba que la participación superara al menos el 49%, el porcentaje que se registró en las elecciones presidenciales de 1996, la cifra más baja registrada desde las de 1924.

En los últimos días, todos los candidatos trataron de alentar el voto de los suyos. En todas las ciudades de Estados Unidos, pancartas en supermercados o en quioscos animaban a los ciudadanos a ejercer su derecho constitucional.

"El que no vote debería perder su derecho a quejarse", aseguró la candidata al Senado por Nueva York Hillary Clinton en uno de sus últimos mítines.

Los medios de comunicación registraron largas colas en algunas colegios electorales de New Jersey, Nueva York, Georgia y Alabama. El buen tiempo en la mayor parte del país favoreció la participación. Un empleado de un colegio de Manhattan aseguró que nunca había visto tanta gente votar en los últimos 10 años. Las autoridades de Misuri, Maine y Maryland esperaban un 70% de participación. En Oregón, Luisiana y Connecticut se predecía más del 80%. Más de lo esperado inicialmente.