Empate en desazón
El espeso Atlético de Zambrano atrapó un punto sobre la campana ante un Betis que dio signos de clara mejoría
Ningún equipo de Segunda puede compararse en presupuesto y plantilla al Betis y al Atlético de Madrid, pero tampoco pueden hacerlo en cuanto a la desazón que estos dos grandes venidos a menos generan a sus respectivas aficiones en cada encuentro, y ya van cinco, que disputan. Ayer, para no ser menos, tanto sevillanos como madrileños se encargaron de que a sus aficionados no les faltasen temas para discutir en la larga y tranquila tarde de domingo. Si no cómo explicar lo visto sobre el césped del Ruiz de Lopera.Saltó el revolucionado Betis de Fernando Vázquez como hasta ahora no lo había hecho: ordenado en sus líneas, creativo en su juego y agresivo, mucho más agresivo que en partidos precedentes. Antes del descanso ya tenía al Atlético acorralado con el tanto del debutante Casas. Y todo para terminar como acostumbra: regalando dos puntos imprescindibles sobre la campana y emborronando su recién maquillada imagen.
BETIS 1ATLÉTICO 1
Betis: Prats; Fabao, Belenguer, Filipescu; Varela, Luis Fernández (César, m. 55); Capi, Castaño, Romero (Merino, m. 75); Cuéllar y Casas (Joaquín, m. 88).Atlético de Madrid: Toni; Gaspar (Hernández, m. 46), Hibic, Santi, Llorens; Aguilera, Juan Gómez (Correa, m. 82), Hugo Leal, Lardin (Paunovic, m. 58); Kiko y Salva. Goles: 1-0. M. 45. Casas. 1-1. M. 97. Correa, de penalti. Árbitro: Fidel Valle Gil (c. extremeño). Expulsó a Salva (m. 90), por agresión a Belenguer. Amonestó a Aguilera, Kiko, Fabao y Capi. Unos 35.000 espectadores en el Manuel Ruiz de Lopera.
Del Atlético de Fernando Zambrano poco que decir. Espeso como estuvo hizo bueno al Betis, pero al menos rompió su nefasta racha a domicilio, aunque todo indicaba que se disponía a sumar su tercera derrota lejos del Calderón. Y todo debido a que al Betis, pese a su notable mejora, le bastaron dos sustos para echar por la borda el arduo trabajo realizado. Una acción incomprensible de Filipescu, que cargó en el área contra Hernández cuando apenas quedaba un minuto, propició que Correa empatara el choque. Una generosidad ésta del Betis que amenaza con acabar con la paciencia del aficionado más templado.
Y eso que el equipo que ayer dispuso Fernando Vázquez se ganó pronto a la grada. Los cambios introducidos por el técnico gallego, sobre todo el de Capi por la pareja Ito-Merino como organizador, pronto se revelaron efectivos. Por vez primera su equipo no se quebró en el medio centro, se mantuvo la posesión del balón y éste se movió con criterio. Un paso de gigante para un equipo hasta ahora desabrido y excesivamente nervioso.
Nervios que ayer lograron traspasar al rival. En el Atlético nada tenía pies ni cabeza. En defensa Hibic se encargó de desquiciar a sus compañeros. En el centro ni Hugo Leal ni Juan Gómez atinaron a enderezar el rumbo de su equipo y Capi les ganó terreno con autoridad. Para colmo la estrella de Kiko parece fundida y de su cabeza salió el gol que anotó el argentino Casas. Sólo Salva y Paunovic intentaron remediar el desastre, pero sin acierto. Tanto empeño puso el sevillano que acabó el partido en la caseta tras enzarzarse con Belenguer. Pero quedó el Betis para hacer lo que nadie en el Atlético fue capaz.
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