Los balcánicos saben rendir al 100% cuando es preciso hacerlo

No hace falta entender mucho de balonmano para disfrutar hoy de la final olímpica. El Suecia-Rusia (12.30, hora española) es el plato más exquisito que puede servir este deporte. España y Yugoslavia, antes (10.30), garantizan emoción en su disputa del bronce, pero son una incógnita en cuanto a la calidad de su juego porque, en general, ambas han defraudado en Sydney.Hace poco más de un año, la selección española perdió precisamente el tercer puesto en el Campeonato del Mundo de Egipto frente a la yugoslava en un partido de infausta memoria para Juan de Dios Román y sus jugadores: eran mejores, pero no fueron capaces de demostrarlo.

Yugoslavia intentó ayer sorprender a la maquinaria de Rusia, pero no pudo conseguirlo y perdió por 26-30 tras haber amagado en el periodo inicial, en el que se impuso por 15-14. Una de las pocas cosas que los rusos hacen mal es jugar con el marcador en contra, pero esta vez reaccionaron de forma inmediata y al final se pasearon.

De modo que los balcánicos medirán hoy su frustración con la de los españoles con un equipo más que apañado a pesar del hándicap del mal estado físico de su lanzapiedras, Perunicic, y de la posible ausencia por sanción de su central, Jovanovic, descalificado ante los rusos con una tarjeta roja directa. Muy sólidos en la portería -Peric está gustando mucho- y particularmente peligrosos cuando el pivote, Skrbic, se encuentra en su salsa, están entrenados por un mito viviente, Veselin Vujovic.

Román confesó al término del partido con Suecia: "Estoy pensando en Yugoslavia desde el minuto 15 de la segunda parte". Ante el nórdico, en su opinión, su cuadro cometió los dos errores que no debía cometer bajo ninguna circunstancia: perder balones y fallar tiros claros.

Con todo, España partirá hoy como un poco favorita. Incluso se enfrentó a Yugoslavia en un partido amistoso antes del torneo olímpico y se impuso con relativa facilidad. El problema es que su rival sabe rendir al 100% cuando es preciso hacerlo.