El Reino Unido envía policías para buscar la cocaína del 'Privilege'

Indemnizaciones
La policía británica ha enviado a varios de sus agentes a Las Palmas de Gran Canaria para colaborar en la búsqueda del esquivo alijo de cocaína que supuestamente se esconde en el buque Privilege. Ni los perros adiestrados han encontrado la droga ni tampoco se ha hallado en los bidones de asfalto que ayer fueron revisados en los muelles del Arsenal Militar de Las Palmas. "No van a encontrar nada porque no hay nada", aseguraban ayer los marineros filipinos del carguero, quienes pretenden pedir indemnizaciones al Gobierno español por la situación que han vivido. Otro de los tres marineros que aún permanecían detenidos (junto al capitán y el contramaestre) quedó ayer en libertad.Las tareas de descarga de los bidones continuaron todo el día, pero no contenían más que alquitrán. Las casi 100 personas que rastrean el buque recibieron ayer la ayuda de un grupo de agentes británicos antinarcóticos, según informaron fuentes del caso y confirmaron militares de la base naval canaria. Scotland Yard se encargó durante la Operación Ostra de dar seguridades a otras policías de que la droga había sido cargada en la desembocadura del Orinoco y posteriormente se hizo cargo del seguimiento por satélite del barco. También un equipo de desestiba con dos grúas tenía previsto colaborar en la búsqueda de la droga.
El barco fue seguido desde su salida de Puerto Ordaz hasta Puerto Cabello (Venezuela), desde el que supuestamente zarpó con rumbo hacia el puerto italiano de La Spezia, al sur de Génova. Sin embargo, el Privilege hizo una escala no conocida hasta ahora en el pequeño puerto venezolano de Matanzas, según aseguran los marinos filipinos. Toda la tripulación, además, niega haber recalado en la desembocadura del Orinoco y la posibilidad de que se lanzase al agua la cocaína. "Cinco toneladas de droga no se pueden arrojar de cualquier manera. Puede descompensar la carga y es peligroso".
La mayoría de la tripulación fue reclutada en noviembre en Europa, fundamentalmente en Amsterdam (Países Bajos) y Dover (Gran Bretaña) con contrato de 10 meses. De allí zarparon hacia el Caribe, pero una avería en uno de los motores del barco (fabricados por Astilleros Españoles en 1983) les obligó a recalar en Trinidad-Tobago. "No fueron reformas, como se ha dicho, sino sólo reparaciones", explicó uno de los engrasadores del Privilege.
Los filipinos esperan ahora los trámites para su repatriación, que comenzaron ayer mismo. Ahora pretenden reclamar indemnizaciones al Gobierno español. "No hemos podido recoger nada del barco y el capitán, que era el que se encargaba de pagarnos, está en la cárcel. La ropa que llevamos puesta es la única que nos han dejado", aseguran. La tripulación asegura que cuando seis GEOS se descolgaron sobre la cubierta desde un helicóptero, a las 12.45 del 31 de agosto, se dieron un susto de muerte. "Creíamos que eran piratas. Ahora ya sabemos que en España no hay piratas, pero en nuestro país hay muchos", explicaron.
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