El líder peneuvista dice que "gracias a Dios" en su partido no hay problemas

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, volvió ayer a culpar a los medios de comunicación de que en su partido afloren diferencias entre sus miembros más significados. Arzalluz explicó que el portavoz parlamentario, Iñaki Anasagasti, "no dijo nada del otro mundo" al afirmar que el Pacto de Lizarra "estaba muerto y había que enterrarlo". En consecuencia, manifestó su "asombro" por la repercusión que ha tenido el artículo de aquél publicado el domingo en el diario Deia y la respuesta del portavoz del partido, Joseba Egibar. "Tanta unanimidad [en las primeras páginas de los diarios] no es posible si alguien no dirige eso", dijo Arzalluz. "Gracias a Dios, en el PNV no hay problemas", añadió, sino "morbo" por buscar diferencias entre sus dirigentes. Arzalluz atribuyó las palabras de Anasagasti al "trauma" que sufrió el portavoz porque su madre se vio involucrada en un ataque que los "salvajes" perpetraron contra un autobús en San Sebastián.Sin embargo, las discrepancias con la línea oficial del PNV sí existen y se han manifestado públicamente. A las críticas de Anasagasti se unen las que en los últimos tiempos han expresado el ex alcalde de Vitoria, José Ángel Cuerda; el regidor de Bilbao, Iñaki Azkuna; el diputado general guipuzcoano, Román Sudupe, o el ex diputado general de Álava Emilio Guevara.