Carod admite que el catalanismo político debe modernizarse y pide el fin del victimismo

El secretario general de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod, aprovechó la clausura de la tercera conferencia nacional del partido para reclamar una profunda modernización del catalanismo político que ponga fin a la cultura de la "queja permanente" y se adapte a la realidad del mundo actual. "Necesitamos un discurso nacional más moderno, de acuerdo con la realidad de hoy", admitió Carod, quien se mostró partidario de emprender un discurso "en positivo" que no se base exclusivamente en la lengua y la identidad. El dirigente republicano hizo un llamamiento a aprovechar todas las posibilidades que el castellano ofrece ante la globalización.

Carod clausuró la conferencia que su partido celebró ayer en Manresa con un discurso en el que apenas se refirió al documento aprobado por la mañana y no ahorró críticas a la situación que vive Cataluña tras 20 años de gobierno de Jordi Pujol. Pero su intervención se situó claramente en el terreno dibujado por la ponencia, que pretende mostrar que Esquerra ha dejado atrás su etapa de resistencia y se considera preparada para gobernar.El dirigente pidió un "cambio de actitud colectiva" en el catalanismo para modificar lo que ha sido una constante en su historia: culpar a Madrid de los problemas de Cataluña. "La sociedad catalana debe abandonar la queja permanente", dijo Carod, "porque esta actitud sólo genera antipatía en el resto de España". El giro no supone, agregó, ninguna renuncia, sino abrazar una nueva actitud más efectiva: "No queremos ser compadecidos, sino respetados". Carod añadió: "Necesitamos más autoestima, más orgullo de ser lo que somos: catalanes y catalanas".

El proceso de modernización del catalanismo propuesto por Carod afecta a la definición misma de la identidad. A pesar de que ERC ya hace tiempo que insiste en que la identidad catalana no debe asociarse sólo a la lengua y la cultura, Carod fue ayer tajante al respecto: "La lengua y la cultura no son toda la identidad", espetó.

El político incluso pidió a los militantes que aprovecharan todas las posibilidades que les ofrece el castellano. Previamente había hecho un llamamiento a utilizar el castellano como un arma para defender los intereses de los catalanes en un mundo globalizado. "No convirtamos el saber castellano en una tragedia", imploró.

Esta opción tiene también un reflejo en la ponencia estratégica que ERC aprobó ayer, donde se hace una autocrítica a la actitud que en 1996 tuvo el partido ante la creación del buscador de Internet Ordenamiento de Links Especializados (Olé). Este proyecto nació en el seno de la Fundació Catalana per la Recerca, pero ERC adoptó una actitud beligerante ante él por las resonancias folclóricas del nombre y por ser en castellano. Las presiones comportaron que la Administración catalana se desprendiera gratis de Olé, que después fue adquirido por Telefónica por unos 3.000 millones de pesetas.

El documento aprobado ayer considera que desprenderse de Olé reflejó "miopía política y falta de olfato" a la hora de "apostar fuerte en proyectos de altura. Deberíamos reflexionar sobre cuál es el papel que debe desempeñar Cataluña a la hora de trabajar en proyectos que incluyan lenguas distintas al catalán o estén enfocados a mercados más grandes".