Ocho ejecuciones en Pekín en vísperas del aniversario de la matanza de Tiananmen

Ocho criminales fueron ejecutados ayer dentro de una gran operación de mantenimiento del orden enmarcada en la conmemoración, mañana, del undécimo aniversario de las manifestaciones de Tiananmen en favor de la democracia. Según un diario de Pekín, los condenados habían reconocido su culpabilidad en los crímenes de los que eran acusados, que iban del robo al asesinato. China condena a muerte cada año a igual número de personas que el resto del mundo. Según Amnistía Internacional (AI), 1.769 condenados fueron pasados por las armas en 1998. Según el mismo diario, más de 500 personas de fuera de Pekín sin permiso de residencia en la capital fueron detenidos en una operación realizada en la noche del miércoles. Las personas llegadas de provincias son acusadas frecuentemente de amenazar el orden público.

Las autoridades chinas dan prueba de nerviosismo cada año ante el aniversario de la represión de 1989, que se saldó con miles de muertos. La policía ha reforzado la vigilancia de los pocos oponentes políticos aún en libertad. Según AI, 213 personas están todavía en prisión o en libertad condicional por su participación en las seis semanas de la llamada "primavera de Pekín".

Aunque ningún movimiento político organizado se atreve a enfrentarse al régimen comunista, la agitación registrada la semana pasada en Beida, la Universidad de Pekín, por primera vez desde 1989 muestra que una simple chispa puede bastar para reanimar la agitación. Afectados por la muerte de un compañero, 5.000 estudiantes de Beida, origen de las manifestaciones de Tiananmen, se manifestaron contra las condiciones de vida en la universidad y varios carteles contrarios al régimen fueron colgados en el campus.