Un paso para Elián
El principio del amparo paterno empieza a imponerse sobre la utilización política del niño cubano de seis años Elián González. Un tribunal de apelaciones de Atlanta dictaminó ayer que sólo el familiar más próximo, en este caso el padre, puede pedir el asilo político para su hijo, aunque el niño pueda ser titular de tal derecho. Los familiares de Elián en Miami pretendían abrogarse ese derecho. Ahora apelarán la decisión ante el pleno de la sala del Tribunal de Atlanta o el Supremo, lo que podría demorar una decisión definitiva hasta octubre. Los jueces de Atlanta han ordenado que mientras no se produzca una resolución inapelable, Elián debe permanecer en Estados Unidos. De la mano de la justicia estadounidense, el sentido común va imponiéndose en el caso, aunque con una lentitud extrema.Las sucesivas resoluciones judiciales están dando la razón al criterio que fijó la Administración de Clinton desde el inicio del caso a favor del derecho que asistía al padre a ejercer la patria potestad tras la muerte de la madre de Elián durante su huida en balsa hacia Florida. Pero el oportunismo político aplazó la actuación administrativa, que finalmente hubo de hacerse mediante un grupo de asalto y por la fuerza. Pese a que el régimen de Castro ha tratado de convertir este litigio en una confrontación entre dos Estados, la Administración norteamericana ha hecho lo que debe hacer un Estado de derecho.
Al avalar las tesis de otro tribunal de Miami y del propio Servicio Nacional de Inmigración, el tribunal de Atlanta ha señalado que "no hay ninguna circunstancia especial que justifique el asilo político en contra de los deseos del padre, aunque Cuba sea un país comunista" que "viola los derechos humanos". Elián ha sido una doble víctima: del mar, que hundió la balsa en la que iba junto a su madre y otros 10 cubanos que perecieron en el intento, y de la política, que le ha convertido desde noviembre en objeto de lucha entre el histerismo del exilio anticastrista de Miami y la desaforada propaganda de La Habana. Los niños deberían quedar al margen de las intrigas políticas.
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