Tarragona recupera el Fortí Negre y el paso de Ronda de las murallas romanas

Tarragona ha hecho accesible a la visita pública, mediante la adecuación y recuperación de 250 metros del paso de Ronda de sus murallas romanas, el baluarte conocido como el Fortí Negre, de origen medieval y que debe su nombre a que durante el siglo pasado era el lugar donde se ejecutaba a los ciudadanos condenados a muerte. Las obras han supuesto una inversión de 20 millones de pesetas que ha aportado el presupuesto destinado a Patrimonio que dispone el Ayuntamiento de la ciudad y suponen la primera fase de recuperación del paso de Ronda, que en segunda instancia se pretende despejar hasta la Torre de l'Arquebisbe.La intervención municipal ha supuesto adecuar la escalera que une el Paseo Arqueológico (que rodea las murallas) con el paso de Ronda, que lleva, a su vez, hasta el Fortí Negre. Este baluarte, conocido también como de Santa Bárbara, se construyó sobre una posible torre de origen romano, de carácter defensivo. A lo largo de la historia ha recibido diferentes nombres y ha sido reformado en diversas ocasiones y durante el siglo pasado, los tarraconenses sabían que allí se ajusticiaba a los condenados a muerte, porque se izaba una bandera negra y se disparaban los cañones. Se han documentado las ejecuciones, por ejemplo, de miembros del grupo Malcontents, que se habían alzado contra el rey Fernando VII.

Las obras de recuperación del tramo se han realizado con el asesoramiento de técnicos del Museo de Historia de la ciudad, según destacó el asesor municipal de Patrimonio Arqueológico, Ricardo Mar, que avanzó que una segunda fase de la intervención supondrá reservar un espacio para la explicación didáctica de los elementos, mediante paneles y maquetas. La inauguración del nuevo espacio, con un coste similar, se complementa con la edición de un folleto, en diversos idiomas, sobre la evolución de las fortificaciones de la ciudad,

Mar observó asimismo que la recuperación del Fortín obtendrá un rendimiento turístico inmediato, puesto que significa además, dotar a la ciudad de Tarragona de un nuevo mirador, desde donde se puede observar la desembocadura del río Francolí.