'El barbero de Sevilla' continúa el ciclo de ópera cómica en el Príncipe

El teatro Príncipe Gran Vía ha comenzado mayo con la segunda apuesta escénica a favor de una ópera de estilo más asequible y atractivo para el público no especializado. Si en abril el título que dio comienzo a este ciclo fue Don Pasquale, de Gaetano Donizetti, ahora le toca a la versión, más corta y en castellano, que elaboraron los tres actores y humoristas catalanes de El Tricicle sobre la obra cumbre de Giacomo Rossini, El barbero de Sevilla. Esta versión, con libreto de Beaumarchais y adaptada por El Tricicle a los gustos de ahora, estuvo el año pasado en el escenario del teatro Reina Victoria. En su estreno, en 1998, se anunció como destinada al público infantil y juvenil. No es necesario ser joven o niño para disfrutar de este montaje. Eso sí, al ser más corta (noventa minutos, cuando el original alcanza las tres horas), para el profano es, sin duda, más sencillo el contacto con la historia, cantada además en castellano.

La labor de simplificación de la obra pasa también por un recorte en el guión, del cual se han eliminado personajes, como los criados, cuya participación distraía, en opinión de los adaptadores, del argumento central. Además, la gran orquesta se reduce a tres músicos que, a un lado del escenario, tocan piano (David Barón), contrabajo (José Luis Álvarez) y flauta (Elías Cepeda), de acuerdo con los arreglos musicales de Albert Romaní.

Los protagonistas de la obra son la soprano Marta de Castro, en el papel de Rosina, y el tenor Santos Ariño, como Fígaro, acompañados por Juan Pedro García Marqués, como Don Basilio; Miguel Sola, como Bartolo, y Rafael Lledó, como el Conde Almaviva. Además se incorpora la figura del narrador, encarnado por Enrique del Portal. La dirección escénica está a cargo de Francisco Plaza, y la musical, de David Barón.

El barbero de Sevilla, en el teatro Príncipe Gran Vía. Tres Cruces, 8; metros Callao y Gran Vía. Hasta el 28 de mayo. De 2.000 a 3.000 pesetas. Horarios en cartelera.