Los efectos de la huelga indefinida en la red madrileña

Las consecuencias de la huelga se están dejando sentir desde el viernes en el resto de transportes de la región. Las líneas de autobuses se han tenido que reforzar para poder acoger el incremento de usuarios de los últimos días. Así lo comentó ayer Roberto Ávila, conductor de la línea 442, que une Atocha con Getafe, quien señaló que el viernes tuvieron que salir 15 autobuses para aumentar la frecuencia de paso de tal modo que las paradas no se encontraran "repletas" de gente. "Se ha notado bastante. Sólo en la línea que trabajo yo, se tuvieron que poner seis vehículos más, sobre todo en la hora punta", recordó Ávila.

El descenso de viajeros de los fines de semana no repercutió ayer en los servicios que unen los municipios con la capital. Un conductor de la línea 441 (Atocha-Sector 3 de Getafe), David Varas, aseguró que ayer por la mañana habían tenido "muchos más viajeros" y que eso impidió que pudieran cumplir los horarios establecidos. "Al no funcionar los trenes, ha subido más gente y, según me han comentado los compañeros, todos han ido retrasados", indicó Varas.

Otro punto donde también se registraron problemas por el paro indefinido del sindicato de maquinistas SEMAF fueron las oficinas de reclamaciones de Renfe. Los viajeros se quejaron de la falta de información y de medios alternativos para poder llegar a su lugar de destino. Así le ocurrió a Pablo Álvarez, un vallisoletano que trabaja en la capital de lunes a viernes. Ayer intentó marcharse en tren a pasar el fin de semana a su ciudad, pero no pudo porque los trenes no circularon. En Chamartín le recomendaron que fuera a la estación de autobuses de Méndez Álvaro y se fuera en autocar. "Ahora me toca recorrerme Madrid entero para poder coger un autobús. Creo que Renfe debería pensar en los usuarios y poner ella misma los autobuses", señaló Álvarez.