Trinitat Nova teme que la reforma urbanística ahogue el barrio

Los vecinos de Trinitat Nova, en el distrito barcelonés de Nou Barris, consideran que las 305 viviendas con las que comenzará a final de año la reforma urbanística del barrio son demasiadas para los escasos terrenos donde se levantarán y que contribuirán a hacer más densa la zona. Tampoco les gusta la altura de los edificios -planta baja y siete pisos- por considerarla excesiva para la zona en la que se ubicarán.Éstos son algunos de los reparos que los representantes vecinales plantearon ayer al Ayuntamiento y a la Generalitat en la reunión que mantuvieron en el Instituto Municipal de Urbanismo. La entidad vecinal pidió que se recojan sus propuestas en el proyecto definitivo que redactará en los próximos meses el despacho de arquitectos de Manuel Ruiz Sánchez, que ganó el concurso convocado por la Generalitat. Tanto los técnicos municipales como los de la Generalitat se mostraron receptivos a las quejas de los vecinos.

Los temores de los habitantes de Trinitat Nova de que la reforma que llevan 10 años esperando acabe ahogando el barrio se han acrecentado en las últimas semanas. Las familias propietarias de pisos afectados de aluminosis y de carbonatación desean que el proceso de sustitución de sus pisos por otros de nueva construcción se lleve a cabo pronto pero, "sobre todo, que se haga bien", manifestó el portavoz de los vecinos, Atanasi Céspedes. Los vecinos consideran que el anteproyecto es mejorable en cuestiones como la orientación de los inmuebles o la ampliación de la superficie habitable, fijada entre 50 y 65 metros cuadrados.

Por otra parte, mientras el anteproyecto prevé construir 305 pisos en la zona alta de Trinitat, los asesores de los vecinos desaconsejan levantar más de 200 o 225 viviendas. Según los portavoces vecinales, el espacio público disponible permite que la reforma no densifique la zona.

La rehabilitación se completará en seis años y se desarrollará en tres fases. En ese tiempo se derribarán 830 pisos y se levantarán otras 900 viviendas destinadas a familias entre las que predominan jubilados y pensionistas.