Almendralejo no falla

Almendralejo acierta siempre. Quien gana en esta ciudad extremeña gana en España. Y si arrasa aquí, tiene mayoría absoluta. El PP, que en las últimas legislativas, europeas y municipales superó por poquísimo al PSOE, barrió el domingo en las 30 mesas. La noche fue tan asombrosa en Almendralejo como en España. La ventaja del PP sobre el PSOE fue en Almendralejo de 14 puntos, superior a los 10 puntos que le sacó globalmente. Esos cuatro puntos de más pueden deberse a la mayor participación, del 74% frente al 70%. El resultado de IU se ajustó casi a la décima.Los ocho ciudadanos de Almendralejo con los que EL PAÍS siguió la campaña estaban ayer sorprendidos, como todo el mundo. Sin embargo, semana a semana, ellos mismos habían desgranado las claves de un resultado estrepitoso. Cuando, en la primera semana, se les pidió que valoraran la gestión de Aznar, todos -los había de derechas, de centro y de izquierdas- le dieron una nota positiva. Daba igual que votaran a favor o en contra: coincidieron en que Aznar no había hecho ningún estropicio grave y que en algunas áreas, como la económica, se había desempeñado bastante bien.

La campaña propagandística del PP también les pareció "eficaz", "profesional" o "positiva" a seis de los ocho. En la misma proporción les pareció "improvisada", "indefinida" o "catastrofista" la campaña del PSOE. Todos consideraron que el PSOE iba a remolque del PP. Sólo uno de ellos atribuyó a Almunia mayor capacidad de liderazgo que a Aznar. Y sólo uno opinó que el pacto PSOE-IU era una buena idea.

El policía Faustino Rubio dijo en febrero que el pacto era "como el abrazo de dos náufragos" y vaticinó que no movilizaría a la izquierda, sino al contrario: "Los votantes centristas del PSOE se irán definitivamente al PP, y muchos resistencialistas de IU no lo entenderán y preferirán abstenerse". Algo similar opinó el pediatra Facundo Gil.

Al entrevistarse con los cabezas de lista del PP y el PSOE por Badajoz, Juan Ignacio Barrero y Francisco Fernández Marugán, el grupo dio mejor nota a Barrero. Los ocho ciudadanos le vieron "más positivo" y "más relajado". Fernández Marugán hizo notar, en privado, que el grupo le parecía escorado a la derecha. Tal vez lo estaba por el espíritu de los tiempos, reflejado en el resultado del 12-M, pero no en coloración estricta: si nos guiábamos por su voto de 1996, había el mismo número de simpatizantes del PSOE y del PP.

Cuando, al final de la campaña, se les pidió a los ciudadanos que recordaran algunas promesas efectuadas durante la misma, hubo una coincidencia casi unánime: la mejora de las pensiones, la bajada del IRPF y del impuesto de actividades económicas (IAE) y ayudas a la mujer para compaginar trabajo y familia. Las tres fueron formuladas por el PP. Sólo la estudiante Rosa Cansado, votante de IU, evocó la jornada de 35 horas.

Otro síntoma de lo que se avecinaba fue la nula incidencia de la campaña en sus opiniones. La izquierda necesitaba convencer y movilizar, y no lo consiguió. En cambio, sí lo logró la derecha. Los tres votantes del PP dentro del grupo dijeron que su papeleta contendría la esperanza de que Aznar obtuviera una mayoría amplia y no necesitara pactar con los nacionalistas.