Incertidumbre por los resultados de IU y PA

El mantenimiento o no de la plaza para el Congreso de los Diputados que obtuvo Izquierda Unida y la hipotética incorporación del Partido Andalucista a las fuerzas con representación parlamentaria en Sevilla son dos de las incógnitas que pueden modificar en Granada el reparto electoral de hace cuatro años. Granada ha sido históricamente una provincia fiel a sus simpatías ideológicas. Aunque en el cómputo general siempre ha votado mayoritariamente a la izquierda, la derecha nunca ha mermado sus apoyos.

Izquierda Unida ha logrado su diputado por Granada en el Congreso una legislatura sí y otra no. En 1996 fue elegido Pedro Vaquero, que repite como candidato. Si confirmara la confianza que obtuvo hace cuatro años rompería esta dinámica y evitaría que el séptimo puesto pasara a manos de los socialistas o de los populares. Cómo interprete el electorado el pacto de izquierda es una de las claves para resolver el enigma.

Esta es la incógnita principal de las elecciones al Congreso, ya que el equilibrio entre los dos partidos hegemónicos no parece que se vaya a fracturar.

Otra cosa son las elecciones andaluzas. Al haber más puestos a repartir (13) las posibilidades para las distintas opciones se multiplican.

En 1996 los socialistas obtuvieron la mayoría absoluta de los escaños en juego (siete), mientras que el PP logró cinco, frente a uno por parte de IU.

Además de un cambio, escaño arriba o abajo, de los parlamentarios de las fuerzas mayoritarias, estas elecciones tendrán que probar si IU tocó fondo en 1996 o si, por el contrario, puede perder su mínima representación o incrementarla.

Los andalucistas, por su lado, que en las elecciones municipales de junio lograron en Granada romper más de una década de alejamiento de las instituciones, confían en no haber perdido los apoyos que consiguieron en la capital e incorporar los suficientes de la provincia como para lograr un representante.