La reclamación de más competencias financieras, eje de la campaña del PNV

El concierto económico vasco se va a convertir en el eje de la campaña electoral del PNV. Tras las elecciones de marzo, se renovarán el Congreso y el Senado y en la próxima legislatura Euskadi deberá negociar con Madrid el nuevo acuerdo, que tendrá que entrar en vigor el 1 de enero de 2002 con una vigencia de 20 años. El anterior concierto se aprobó en 1981.El nuevo concierto, según las tesis nacionalistas, cuenta con escaso margen competencial, pero, sin embargo, tiene un fuerte calado político. Los peneuvistas quieren de alguna forma blindarlo y evitar que su desarrollo esté siempre pendiente de las resoluciones de los tribunales. El diputado general de Vizcaya, Josu Bergara, manifestó ayer que el concierto es el vestigio de la soberanía foral, que sigue siendo válido y que su filosofía originaria de pacto "obliga a todos". "Quien rompa unilateralmente su compromiso libera a la otra parte para sentirse con las manos libres para establecer un nuevo marco de relación político-económica", indicó.

Bergara resaltó también que el concierto no sólo establece el marco de relaciones económicas entre la Administración vasca y la central, sino que supone un sistema paccionado de convivencia, "un punto de encuentro que evitara la ruptura y el alejamiento social y político de nuestra sociedad respecto de la nueva Monarquía constitucional".

Respaldo amplio

Bergara, que estuvo acompañado por el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, y por el candidato peneuvista por Vizcaya, Pedro Azpiazu, añadió que la negociación del nuevo concierto marcará la nueva legislatura. Así, abogó por que su negociación tenga el respaldo más amplio posible y por que sea asumido mayoritariamente.

Las declaraciones de los dirigentes nacionalistas buscan blindar judicialmente el concierto, que, hoy en día, se encuentra en su desarrollo cuestionado por los tribunales españoles, por el de las Comunidades Europeas y por la propia Comisión Europea.

Anasagasti aprovechó el acto para enviar "un mensaje al mundo de HB" para que "capte la importancia de la defensa del Concierto Económico" en las instituciones del Estado y de Europa. "Nos jugamos mucho en nuestro propio autogobierno y en nuestra propia dimensión como vascos", dijo.

En todo caso, Azpiazu señaló que el contenido del Concierto se puede ampliar en pocos asuntos. La reforma de 1997, que dio la plena capacidad normativa en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y la recaudación de los Impuestos Especiales, deja escaso margen. De hecho, indicó que se podrían aumentar las competencias en aspectos financieros -no solicitar permiso a la hora de emitir pagarés forales- y en impuestos indirectos y el IVA. Pero en este tema se trata más de una cuestión política que real, ya que se está produciendo una armonización de la imposición indirecta en la UE.