Pensé haberme equivocado

El pasado 23 de diciembre publicó su periódico un artículo de opinión de Olegario González de Cardedal en el que, en resumidas cuentas, se venía a hacer un elogio de la labor de los cardenales Ratzinger y Martini. Le confieso que mientras lo leía no daba crédito a mis ojos y pensaba haber comprado por equivocación un diario distinto al que usted dirige.Es posible que los editores de su periódico no hubieran leído en profundidad lo que acabaron publicando. De otro modo se hubiese consentido sacar a la luz unas páginas en las que, bajo un leve manto de erudición, se hace un elogio del cristianismo como única doctrina válida y una loa de la Iglesia como eterna defensora de la verdad y la ética; mientras que, por el contrario, se justifica la Inquisición como un mal necesario contra la equivocación y se condena la democracia como vulgar "consenso de las masas".

Es indignante e irónico que los inquisidores se presenten a sí mismos como los que han de preservar "el porvenir moral de Europa y la dignidad del hombre mismo". E indigna más todavía que estos inquisidores, además de ostentar en monopolio el uso de la verdad, dispongan de cátedras y de páginas de periódicos que, en principio, no deberían dar publicidad a ideologías semejantes.

No es el momento ni el espacio oportunos para contestar una por una todas las falacias de este miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Simplemente, señor director, pedirle que afinen un poco más en la exigencia a sus colaboradores, especialmente los dedicados a cuestiones religiosas.- José Antonio Bascuñana. Murcia.