Agentes bajo sospecha

El caso de Abner Louima no es el único que mancha la reputación de los 40.000 agentes de la policía neoyorkina. La organización Human Rights Watch denunciaba en su último informe sobre violaciones de derechos humanos que "el componente de raza o étnico sigue siendo objeto de la brutalidad de la policía en Estados Unidos" y hace una mención especial a Nueva York. Según esta organización se recogen numerosas denuncias sobre palizas y torturas a ciudadanos negros en los que "son habituales los insultos haciendo referencia a su color de piel". La familia de Louima recordó, cuando éste aún estaba hospitalizado, que durante el ataque los agentes le gritaron en varias ocasiones: "Os vamos a enseñar a los negros a respetar a la policía".

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