Las nuevas catas confirman la actividad romana en la Colegiata

La aparición de nuevos restos, esta vez de pavimentos y grava de un antiguo camino, confirman la "actividad humana durante la época romana" en la zona donde hoy se asienta la Colegiata de Gandia. El descubrimiento del vial ha despejado cualquier duda entre el equipo de arqueólogos que, bajo la dirección de Joan Cardona, han realizado las catas en la base del campanario y una capilla anexa, descubierta en las obras de restauración que la Consejería de Cultura está realizando en las cubiertas y fachada norte del edificio. En una primera fase se halló en la capilla aislada un muro con una serie de sillares almohadillados que los arqueólogos barajaban como romanos, a falta de determinar si su enclave era el original o habían sido trasladados de otro lugar. Los últimos restos de adscripción romana aparecidos en la misma zona han despejado cualquier duda. En el fondo de la fosa donde se hallaron restos humanos han salido a la luz tres nuevos enterramientos islámicos, que los arqueólogos adscriben a una antigua mezquita que fue devuelta al culto cristiano en 1245. Estos periodos no están bien documentados, por lo que el material encontrado en los trabajos arqueológicos ofrecerá importante información sobre los orígenes del edificio de la Colegiata, declarada monumento Histórico-Artístico nacional en 1931, y que este año cumple 500 años de historia.

La intervención arqueológica, financiada por la asociación Amics de la Seu, ha finalizado, aunque es necesario un replanteamiento de las obras de restauración que está realizando Cultura, de manera que se contemplen nuevas excavaciones en el edificio antes de seguir con los trabajos de rehabilitación, según Cardona.