La felicidad de Guardiola

Pep Guardiola se había jurado, como futbolista y como capitán, que el Barça jamás saldría de mala manera de Wembley. Aceptaba el riesgo de una derrota, pues 39 años llevaba el equipo azulgrana sin ganar a un equipo inglés en su cancha, pero no se perdonaría en la vida un mal partido en el templo del fútbol, en el mismo escenario en el que el club azulgrana ha ganado su única Copa de Europa, en el estadio que sólo se abre para los grandes partidos.A diferencia de Van Gaal, que sólo distingue los campos por la hierba, los jugadores universales como Guardiola, la gente pasional, se agarran a encuentros como el de ayer para sentirse futbolistas. La memoria futbolística se activa con encuentros como el de ayer en Wembley. Guardiola tenía además un estímulo añadido: era el único en la alineación que hace siete años, el 20 de mayo de 1992, conquistó el máximo galardón continental en Londres. El capitán se ofrecía como punto de encuentro de dos generaciones, entre el ayer y el dream team, y el hoy y el equipo de Van Gaal, heredero de un forma de vida, de un estilo de juego, que le ha permitido al Barça dominar la década de los noventa en el fútbol español.
De ahí el peso que tuvo Guardiola en el partido. Le dio carácter al equipo y pintó los cuatro goles desde su puesto de medio centro: estuvo en la salida del primero; fue el punto de partida del segundo; y habilitó a Kluivert y Cocu en el tercero y el cuarto. Alrededor de futbolistas de equipo, como Figo y Cocu, el capitán del Barça supo juntar al grupo y darle salida al balón.
"Para cualquier jugador es un honor jugar en este campo", reflexionó Guardiola a la salida del mismo vestuario en el que Ronald Koeman le recordó el sitio donde se había sentado la noche en que le ganaron al Sampdoria, "y si además ganas, sobre todo a un equipo inglés, honesto por excelencia, y encima firmas la clasificación para la próxima ronda, ya es para no dormir". Guardiola difícilmente concilió el sueño anoche, feliz porque siete años después volvió a salir dichoso de Wembley. En 1992, lo vivió, y en 1999, lo jugó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
El chavismo detiene al activista y analista político Nicmer Evans
Al menos seis muertos al estrellarse una avioneta cerca del aeropuerto de Toluca
Laura Restrepo y otros escritores cancelan su presencia en el Hay Festival de Cartagena por la participación de María Corina Machado
Video | La desaparición del organismo capitalino de transparencia provoca golpes y jalones en el Congreso de Ciudad de México
Lo más visto
- El actor y director Rob Reiner y su esposa Michele, hallados acuchillados en su mansión de Los Ángeles
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- El juez cree que la red de Leire Díez y el exdirector de la SEPI contó con “diversos cargos públicos” para el cobro de comisiones entre 2021 y 2023
- El hombre que desarmó a uno de los atacantes en Sídney es aclamado como un héroe en Australia
- Un trabajador de Acciona asegura que fue el exdirector de Construcción quien le sugirió colaborar con Servinabar, la empresa a la que la UCO vincula con Cerdán




























































