Clos y Pujol se enzarzan por la estación de metro de Trinitat Nova

La puesta en funcionamiento de la nueva estación de la línea 4 de metro, Trinitat Nova, se convirtió ayer en un avispero de la recién estrenada campaña electoral a propósito de la visita que realizó el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Pujol considera que la obra -realizada por la empresa GISA por encargo de la Generalitat- se ha terminado en el plazo previsto, el mes de octubre, y ayer insinuó que si la estación no se abre inmediatamente es por decisión del Ayuntamiento de Barcelona: "No sé si querrán retardarlo hasta después del 17 de octubre [día de las elecciones autonómicas]", comentó Pujol. La respuesta del alcalde, Joan Clos, no se hizo esperar: "Es una obra que todavía no está entregada al Ayuntamiento y, por tanto, hasta que no nos entreguen la obra es responsabilidad de la Generalitat". El alcalde añadió: "[Cuando eso se produzca] iremos lo más rápidamente posible para abrir la estación". De paso, Clos recordó que fue Pujol quien prometió -en la campaña de las elecciones municipales de 1995- que el metro llegaría más lejos: "Prometió que el metro llegaría a Ciutat Meridiana y, de momento, sólo lo tenemos hasta Via Júlia (...) Cumplir una promesa quiere decir que un transporte público llegue hasta donde prometió el presidente de la Generalitat". En la polémica también terció la Entidad de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), que reiteró que la apertura de la nueva estación no se podrá realizar hasta "los últimos días de octubre". TMB aseguró que GISA entregará la obra a finales de la próxima semana. "Una vez recibida, TMB iniciará las pruebas de seguridad que cualquier transporte público de pasajeros tiene que realizar", según indica un comunicado de la empresa, que subrayó que las pruebas son "imprescindibles".