Pastrana rechaza cualquier "intervención extranjera" para combatir a las FARC

El presidente de Colombia, Andrés Pastrana, se mostró ayer preocupado por los rumores sobre una eventual intervención militar extranjera en su país y la rechazó completamente durante un discurso ante la 54º Asamblea General de Naciones Unidas."Observamos con preocupación la creciente ola de rumores infundados sobre intervenciones militares que se realizarían en Colombia, con el supuesto propósito de ayudar a mi país en la lucha en que está empeñado", afirmó Pastrana. El mandatario colombiano declaró "solemnemente que Colombia rechaza cualquier injerencia o intervención extranjera en sus asuntos internos". Pastrana reiteró que la búsqueda de la paz va a necesitar "tiempo, paciencia y fe para sortear son éxito las presiones y las dudas connaturales a estos procesos".

Pastrana añadió que la búsqueda de la paz no se limita a la negociación o a terminar la confrontación armada sino que exige un proceso de construcción social y estatal que erradique los factores objetivos del conflicto.

El presidente lanzó un llamamiento a la solidaridad y a las aportaciones de la comunidad internacional para defender al país del narcotráfico, fortalecer la institucionalidad democrática, garantizar la seguridad de los ciudadanos y proteger sus derechos.

Pastrana subrayó que para vencer al narcotráfico hace falta una "verdadera alianza" entre los países consumidores y productores de drogas y hacer mayores esfuerzos para quitar a los traficantes el dinero obtenido del tráfico ilegal, así como frenar el flujo de precursores químicos. "No habrá paz en Colombia mientras los codiciosos negocios del narcotráfico y del mercado negro de armas sigan abasteciendo los grupos irregulares de mi país", dijo Pastrana.

Por otra parte, un cruce de cartas entre el comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda, Tirofijo, y el presidente del Senado colombiano, Miguel Pinedo, ha dejado claras las dificultades para realizar un canje de insurgentes por los 400 soldados y policías que están en poder de la guerrilla colombiana.

La última misiva llegó ayer lunes, desde "las montañas de Colombia" y en ella Tirofijo, además de acusar a la ultraderecha de entorpecer el proceso de paz, reconoce que en el espinoso asunto del intercambio de prisioneros "hay poca posibilidad de entendernos pronto" con el Gobierno. "Queremos una ley de canje permanente; no queremos ni amnistía, ni libertad condicional ni perdones, porque no tenemos nada de qué arrepentirnos", dijo hace pocos días el comandante Simón Trinidad.