La organización del FIB amenaza con abandonar Benicàssim si no mejoran las infraestructuras

La organización del Festival Internacional de Música Independiente de Benicàssim (FIB) ha amenazado con abandonar su hasta ahora sede del certamen, en la citada localidad castellonense, si no mejoran las infraestructuras. La principal reivindicación de los organizadores se centra en la zona de acampada que, hasta esta quinta edición, ha estado ubicada a unos dos kilómetros del recinto de conciertos. La distancia y el intenso calor han provocado protestas, pese a que este año se facilitó el transporte en autobús. Miguel Morán, organizador del festival, aseguró ayer que pese a que su deseo es que los conciertos se sigan celebrando en Benicàssim, han de reunirse con el Ayuntamiento para estudiar sus peticiones y sopesar lo que el Consistorio está dispuesto a hacer por el festival. "Nosotros sabemos lo que queremos y el Ayuntamiento también lo sabe", sentenció. El concejal encargado del festival, Carlos Díaz, manifestó el interés del Ayuntamiento por que Benicàssim siga siendo sede del FIB y se comprometió a hacer "todo lo posible". Las cifras desveladas ayer resultan elocuentes. Las distintas administraciones (Ayuntamiento, Diputación y Generalitat) han aportado unos 120 millones de pesetas. El dinero que se ha movido sólo en los cajeros automáticos del municipio asciende a 450 millones de pesetas, a los que cabría sumar el montante que las cerca de 30.000 personas que diariamente acuden a los conciertos dejan en establecimientos de Benicàssim y sus alrededores. Pese a este volumen de gente, al que se suman los cerca de 90.000 veraneantes habituales, no se ha registrado ningún incidente durante el festival, que finalizó el día 8, aseguró ayer el subdelegado del Gobierno, Vicente Sánchez Peral.