Los nacionalistas se proponen concurrir juntos a las generales

Unió Mallorquina (UM) y Partit Socialista de Mallorca (PSM), han consolidado un romance político que puede acabar en boda electoral para los próximos comicios generales. Las dos formaciones nacionalistas se aliaron para promover un novedoso Gobierno autónomo insular en Mallorca y acordaron apoyar al PSOE para que presida por primera vez el Gobierno de Baleares. Portavoces de ambos partidos mallorquinistas reconocieron que tienen previsto acudir juntos a las legislativas del 2000 para lograr tener "voz y voto nacionalista en Madrid". Lo lograrían en el caso de que volviesen a obtener los 66.000 votos que suman tras los comicios del 13 de junio. Y ese hipotético diputado en el Congreso marcaría un hito en la historia política de Baleares, donde jamás las opciones insularistas, nacionalistas y regionalistas de todo signo han conseguido colocar un representante en el Parlamento de Madrid.

UM (7,3% del electoral balear) y PSM (11,7%) quieren restar un escaño en el Congreso al PP o al PSOE, ya que lograr dos diputados parece inalcanzable. Ambos grupos proceden de dos ámbitos ideológicos alejados y tienen trayectorias diferentes. UM es el resultado de sendos naufragios, el de la Unión de Centro Democrático y el Partido Reformista, mientras que el PSM proviene de la época de la clandestinidad, heredero de Bandera Roja y de una escisión del PCE hace 23 años.

Pero estos nacionalistas diversos, de centro y liberales (UM) y nacionalistas, ecologistas y progresistas (PSM), coinciden en una cosa esencial: en ser socios, por separado, de Convergència i Unió (CiU), la coalición nacionalista moderada que ahora apoya al Gobierno del PP de José María Aznar y que antes cooperó en mantener al Ejecutivo socialista de Felipe González.