El juez ordena el ingreso en prisión de los hermanos detenidos por la muerte de un taxista en Paracuellos

El Juzgado de Instrucción número 2 de Torrejón de Ardoz ordenó el viernes el ingreso en prisión preventiva de los dos detenidos por el asesinato, de un tiro en la cabeza, del taxista Rafael Martínez Bernabéu, el pasado 13 de febrero en Paracuellos del Jarama. Los sospechosos son el guardia civil Guillermo Iglesias Lage, de 22 años, enviado a la prisión militar de Alcalá, y su hermano gemelo José Ramón, ingresado en la cárcel de Soto del Real. La orden de ingreso en prisión, según Efe, fue adoptada después de que ambos prestasen declaración. Fuentes de la investigación consideran que el autor del disparo fue Guillermo, quien utilizó su credencial como agente para que la víctima bajase la mampara de seguridad. El hermano, según esta hipótesis, no participó directamente en el crimen, sino que Guillermo, después del homicidio, le llamó para que le recogiese en un taxi. El móvil fue el robo de las 20.000 pesetas que el fallecido llevaba encima.La detención de Guillermo se registró el pasado martes en Algete tras una persecución en coche. Su hermano fue localizado el mismo día en el piso que compartía con Guillermo en Vicálvaro.

La captura de los sospechosos fue posible tras una minuciosa investigación balística de la Guardia Civil. En el lugar del crimen fue hallado el casquillo de una pistola oficial, una Astra del calibre 9 milímetros Parabellum. Para determinar a quién pertenecía el arma, la Guardia Civil, bajo la batuta del teniente coronel Tomás Navarro, recorrió uno por uno los cuarteles de la región y disparó hasta 8.000 pistolas para recoger los casquillos y compararlos con el hallado en el lugar del crimen. Finalmente, en la Unidad de Seguridad del aeropuerto de Barajas, donde estaba destinado Guillermo Iglesias, los investigadores dieron con la pistola. Junto a esta prueba, los agentes disponían de parte de una huella digital encontrada en el bolsillo de la camisa ensangrentada de la víctima. Iglesias era un agente conflictivo: en dos años de servicio había sido arrestado tres veces por desobediencia y se le habían abierto diligencias penales por amenazar por escrito a un superior.