Las cabras de la discordia

El malestar por las actuaciones guipuzcoanas en Aralar no se circunscribe sólo al Gobierno de Navarra y los partidos políticos. También hay disparos de por medio. El enfado alcanza ahora a tres pastores de Arbizu a quienes guardas del Servicio de Montes de la Diputación guipuzcoana mataron a tiros a todo su rebaño. En total, 24 cabras muertas por pastar en un área prohibida dentro del área natural del parque guipuzcoano. Los afectados han expresado su rotunda queja por el drástico trato recibido por los animales. Al parecer abatir los animales que pastan en zonas prohibidas es un sistema habitual en la vertiente guipuzcoana, cuyos guardas han abatido a tiros a unas mil cabras en los últimos cuatro años para proteger la regeneración de los bosques. Los animales fueron hallados hace una semana en los alrededores del puerto de Lizarrusti, a tres kilómetros del límite con Navarra. El valor de cada cabra es de 14.000 pesetas y las autoridades guipuzcoanas se han comprometido a indemnizar los daños. Prohibición desconocida Sin embargo, los ganaderos se quejan de la drástica decisión de matar directamente a tiros a las cabras sin avisar antes a sus propietarios para que las retiraran de una zona donde los animales devoraban brotes tiernos de árboles y plantas protegidas, sin que ellos tuvieran conocimiento de la prohibición. Iñaki Aizpuru, responsable de Parques Naturales de la Diputación de Guipúzcoa, reconoció que los ganaderos navarros no han sido informados en estos años sobre la citada prohibición. Los pastores han denunciado que el guarderío que mató a los animales les quitó además las chapas de identificación del Gobierno de Navarra que portaban en las orejas, mediante las que se puede conocer a cada propietario, así como los cencerros que llevaban. "Eran animales perfectamente identificados y los han matado a tiros en un lugar donde además está prohibido hacer uso de armas de fuego, junto a una carretera de mucho tránsito", señalaron los ganaderos.