42 industriales declinan la visita a Bilbao para conocer la industria vasca

Erkut Yücaoglu y Fuad Miras no conocerán el Guggenheim. El presidente de la organización patronal turca ni el de las cámaras de comercio ni otros 40 hombres de negocios que constituyen la élite empresarial de Turquía viajarán a Bilbao el 1 de marzo para visitar su museo de arte moderno y conocer a los industriales vascos que intentan abrirse camino en el mercado de su país. La decisión del Parlamento vasco de acoger en junio a la autodemonimada asamblea kurda en el exilio les han llevado a declinar la invitación para ir a Bilbao.

El aplazamiento sine die de la visita, que todavía no se ha hecho público, ha sido decidido por los propios empresarios pero atendiendo una sugerencia del Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía. "Aparentemente ha querido enviar una señal a los vascos sin perjudicar al conjunto de España", comenta un funcionario de la secretaría de Estado de Comercio. Del 1 al 6 de junio, pocos días antes de que los "diputados" kurdos acudan a la sede del Parlamento vasco en Vitoria, está previsto que en Estambul se celebre Expotecnia, una feria de la tecnología industrial española en la que abundan los fabricantes de máquinas-herramientas.

Organizada con el apoyo financiero del Icex, el Instituto de Comercio Exterior Español, Expotecnia se celebra cada año en un país diferente. En 1999 tocaba Turquía porque empresarios y Administración del Estado quisieron hacer una apuesta por un mercado en crecimiento. Después de Portugal, Turquía es el país con el que España tiene el mayor superávit comercial. Rebasó los 100.000 millones de pesetas (601 millones de euros) en 1998.

A la feria se han apuntado más de 300 empresas españolas, de las que 61 están instaladas en Euskadi. Para que conocieran de antemano a sus interlocutores vascos que tendrán pabellón en Estambul, el Icex invitó a los presidentes de los principales grupos industriales turcos (Tekfen, Eczacibasi, Alarko, Oyak, Ceyla, Ihlas, Gama, etcétera) a pasar el 1 de marzo en Bilbao. "El plantel era de primera", comenta el funcionario.

Estaba previsto que volasen en un charter, fletado por el Icex, de Estambul a Bilbao y que fuesen recibidos por el consejero de Industria, Josu Jon Imaz; se entrevistarían además con los presidentes de la Confebask, Baltasar Erratzi, de la Cámara de Comercio, Patricio de la Sota, y con un sinfin de fabricantes de máquinas-herramientas. La jornada concluía con un recorrido por el Guggenheim.

Cuando le llegaron los primeros rumores sobre la suspensión del desplazamiento la secretaria de Estado de Comercio, Elena Pisonero, de quién depende el Icex, hizo gestiones con las autoridades turcas para que recapacitasen pero no tuvo éxito.

Está por ver si el castigo simbólico acordado ayer por los hombres de negocios turcos será la primera medida de retorsión o habrá más en los próximos meses. Cuando a finales del año pasado estalló la crisis entre Roma y Ankara fue la sociedad civil turca la que llevó la voz cantante a la hora de sancionar a Italia. Se anularon, por ejemplo, viajes turísticos, se cancelaron partidas de importación de automóviles Fiat y los consumidores dejaron de comprar en las tiendas productos made in Italy.

A juzgar por los comentarios de la poderosa prensa turca la reacción con España no va a ir tan lejos. Los diarios turcos han transmitido la sensación de que el Gobierno español se opone a la hospitalidad que los vascos van a brindar a los "terroristas" kurdos. Turquía, preconiza el columnista Sami Kohen del diario Milliyet, "tiene que iniciar una campaña de información e influencia en España y, especialmente, en el País Vasco".