Pinochet

El general Pinochet no es inmune a la impunidad. El general dictador no podrá vivir sus últimos días sin la presencia constante de sus víctimas en forma de recursos y sentencias. El caso Pinochet inaugura una nueva etapa, la de la justicia universal. Es hora de que, en los inicios del siglo XXI, se herede una forma de entender el "nuevo orden mundial". No es el tan manido de la guerra del Golfo, sino el de la justicia de los Estados de derecho, es decir, la justicia que emana de la democracia, del poder del pueblo. Por tanto, la impunidad de una sola persona y sus secuaces no debe quedar indemne, tiene que ser perseguida, juzgada y condenada con todas las garantías y respeto a los derechos humanos. Chile necesita una democracia plena y no vigilada, es fácil decirlo para un español, pero sin un sistema político en que se reconozcan los derechos de todos los ciudadanos nunca se vencerá la sombra del asesino. El primer paso está dado, Pinochet tendrá que defenderse durante diez meses en el Reino Unido y lo que sea necesario en España, sin que le sea permitido dar la imagen de venerable anciano sino la del temible general de gafas oscuras grabada en nuestras memorias. Chile sin Pinochet vencerá, estoy seguro, y caminará hacia una sociedad sin miedo y más libre. La esperanza de justicia tangible está abierta, al general le terminará venciendo aquello contra lo que siempre ha luchado con crueldad: la democracia.- .