El Gobierno británico tendrá en cuenta razones humanitarias para decidir el destino de Pinochet

El Gobierno británico abrió ayer un portillo para una salida a la crisis jurídico-político-diplomática del "caso Pinochet" al hacer notar que podría tener en cuenta "circunstancias humanitarias" a la hora de responder a la petición de extradición que pretende el juez Garzón. En medios oficiales, se presentaba la postura del ministro del Interior, Jack Straw, como estrictamente legal, pero analistas británicos y la oposición conservadora piensan que se está preparando el camino para una salida lo menos traumática posible del caso.

ENVIADO ESPECIAL

Las mismas fuentes consideran que es muy improbable que haya ningún movimiento antes de que el lunes sea vista ante los tribunales la demanda de libertad presentada por la defensa de Pinochet. En respuesta escrita a una pregunta parlamentaria, Jack Straw ha hecho saber: "Consideraré la petición formal de extradición conforme a los términos de la Ley de Extradición de 1989". Y pasa a referir los casos del articulado: "Si los delitos son de naturaleza extraditable; si la petición está debidamente autentificada; si las ofensas son de carácter político, y en función de circunstancias humanitarias". Después subraya: "No será una decisión política. Cumplo con mis obligaciones legales".

En el Ministerio del Interior, ayer no había modo de sacar a los portavoces ninguna explicación adicional sobre si el Gobierno busca una salida humanitaria al caso, como reclamó la víspera el arzobispo de Canterbury. Pero para quienes en Londres siguen de cerca la política gubernamental estaba claro que se está tanteando esa solución al conflicto. Un antiguo alto responsable de Exteriores con los conservadores, que habla a condición de mantener el anonimato, piensa que "el Gobierno se va a agarrar como a un clavo ardiendo al tema humanitario". Más explícito fue el ex secretario del Foreign Office Malcolm Rifkind, también conservador, cuando se le preguntó si creía que Pinochet sería extraditado: "No, no lo creo. Habrá meses y meses de regateo y luego se darán cuenta de que todo es un absurdo".

En el Foreign Office no entraron en especulaciones y mantuvieron firmemente la línea ya expresada por Tony Blair, repetida de nuevo al emisario chileno Santiago Benadava, que acudió al ministerio junto con el embajador, Mario Artaza, para insistir por tercer día consecutivo en la presunta inmunidad de Pinochet. Se les reiteró que "el pasaporte diplomático del senador Pinochet no le concede inmunidad diplomática".

Los analistas estiman como prácticamente imposible que haya ninguna decisión sobre la libertad de Pinochet antes de que el lunes se vea ante el High Court -equivalente al Tribunal Supremo español- el recurso sobre la presunta ilegalidad de la detención que plantea la defensa del ex dictador.

La presión político-diplomática crece conforme se acerca la fecha de la llegada a Londres en visita oficial del presidente Carlos Menem, jefe de Estado del país contra el que el Reino Unido fue a la guerra por las Malvinas en 1982 teniendo como aliado al Chile de Pinochet, como acaba de recordar Margaret Thatcher.