Parlamento y Comisión exigen a los Quince dar al euro un poder político

El Parlamento y la Comisión Europea exigieron ayer a los Quince convertir la fuerza monetaria de la zona euro en un auténtico poder político. Sólo así se suplirá la "carencia de liderazgo mundial" que denunció el presidente de la Cámara, José María Gil-Robles, y se estabilizará el mercado financiero mundial. En los demás ámbitos, el debate del estado de la Unión discurrió cansino, carente de nuevas ideas.

El debate, también conocido como el de los tres tenores -los presidentes de la Comisión, Jacques Santer; del Consejo, el canciller austriaco Víktor Klima, y el del Parlamento-, fue en esta edición más bien de bajos. Los tres coincidieron en la urgencia de rentabilizar el euro como proyecto político. "La Unión necesita una dirección política cuanto antes", constató Gil-Robles, porque si bien se ha convertido en "un bloque económico y comercial potente, sólido y estable", no es "invulnerable".

¿Cómo lograrlo? Con tres líneas de trabajo. Una es interna, la armonización fiscal y laboral necesarias para evitar que una vez desaparecido el tipo de cambio otros obstáculos se interpongan en el mercado único.

La segunda tiene un haz interno y un envés externo: la representación exterior de la zona euro, ante los organismos financieros internacionales, como el FMI o el G-7.

La tercera estrategia pretende aprovechar que la UE se ha consagrado, ya antes de entrar en vigor el euro, como una zona de estabilidad, para exportarla, de forma que "las ideas europeas se apliquen a la reforma del FMI", como dijo Klima.