En Premià de Dalt se organizan equipos de voluntarios para vigilar el caudal de los torrentes

VIENE DE LA PÁGINA 1 El plan establecido por las administraciones en 1994 preveía canalizar o soterrar 16 rieras consideradas peligrosas, con un coste de 14.200 millones de pesetas. Cada Administración se ocuparía de ocho torrentes, pero de momento sólo la Generalitat ha concluido una actuación, la cobertura de las rieras de Cintet y de la Muralla, de Vilassar de Mar. Además, el Departamento de Obras Públicas catalán realiza obras de canalización del torrente Maniu, de Cabrera de Mar, y de la riera Rasa Vella, de Pineda de Mar. El Ministerio de Medio Ambiente realiza la canalización de las rieras de Arenys de Mar y Alella, y prevé comenzar en 1998 las obras para mejorar el colector de Can Boada, de Mataró, y los trabajos para canalizar parte de la riera de Tiana y los tramos urbanos de los torrentes Sant Domènec, Gavarra, Buscarons y Can Figuerola, de Canet de Mar. La solución que en 1994 dieron los técnicos de las administraciones a la inseguridad por las riadas fue el cubrimiento o canalización de los tramos urbanos de los torrentes. Un remedio caro, evaluado en 14.200 millones de pesetas, que se lleva a cabo con lentitud por falta de recursos económicos. Hasta que no lleguen los millones para pagar las obras cualquier ayuda es buena cuando en pocos minutos el cielo se pone negro y amenaza lluvia, así que en Premià de Dalt la Agrupación de Defensa Forestal, compuesta por voluntarios, continúa en activo durante septiembre y octubre. Cuando hay peligro de fuertes tormentas los voluntarios se concentran en la plaza del pueblo y se distribuyen trabajos de vigilancia de torrentes y ayuda a posibles damnificados, según ha explicado el alcalde de la población, Joan Baliarda. Los ayuntamientos recomiendan a la población que no cruce los cauces de las rieras aunque estén secos cuando hay alerta de riada. Los avisos llegan por fax, a veces sólo minutos antes de que santa Bárbara envíe algún mensaje en forma de trueno anunciando la inminente aparición de una tormenta.