Rusia adelanta seis meses la caída de la "Mir"

Rusia hundirá la Mir en junio del próximo año, seis meses antes de lo previsto. La decisión se tomó ayer durante la reunión mantenida por Yuri Koptev, director de la Agencia Espacial Rusa, Yuri Semionov, director de la corporación Energía, dueña de la estación orbital, y el viceprimerministro Borís Nemtsov.La medida está dictada por las dificultades por las que está pasando Rusia. El Kremlin no tiene dinero suficiente para seguir explotando la Mir y al mismo tiempo financiar su participación en la estación espacial internacional que deberá estar habitada por astronautas estadounidenses y rusos precisamente dentro de un año.

La NASA había estado presionando a Moscú para que concentrara los escasos medios de que dispone para la astronáutica en la estación espacial. El primer módulo de la nueva estación internacional debe ser puesto en órbita en noviembre próximo.

El acuerdo pactado ayer entre Koptev y Nemtsov prevé que el Gobierno dará unos 15.000 millones de pesetas el último año de vida de la Mir, durante el cual continuará habitada e incluso será visitada en misiones cortas por dos astronautas extranjeros, un eslovaco y un francés.

Además de recibir naves Soyuz pilotadas, en la estación atracarán varias naves de carga Progress que deberán darle los impulsos necesarios de descenso para que los restos de la Mir que no se quemen en las capas densas de la atmósfera caigan en una zona del Pacifico sin tráfico marítimo. Para que el hundimiento de la Mir sea seguro y no haya peligro de que caiga en un lugar habitado, los especialistas necesitan comenzar a planificar el descenso nueve meses antes, dijo ayer Víktor Blágov, vicedirector de la misión espacial, lo que significa que cuentan con suficiente tiempo.

Hay también otras razones, además de las financieras, para hundir la Mir cuanto antes. "Por la seguridad de los cosmonautas en órbita y de la gente en la Tierra debemos actuar mientras el sistema de navegación esté todavía funcionando y pueda facilitar un descenso controlado", explicó Borís Ostromov, vicedirector de la agencia espacial rusa.