Un estudio señala que el dique de Aznalcóllar era inestable

La causa "más probable" de la rotura de la presa de Aznalcóllar fue "la inestabilidad y/o fallo de su cimentación", que provocó un desplazamiento "rápido y masivo" de parte del dique. Así lo aseguró ayer el catedrático de la Universidad Politécnica de Barcelona Luis Berga ante los 600 expertos que han participado en el IV Simposio Internacional de Grandes Presas, que se clausuró ayer en la capital catalana.El estudio, elaborado por Berga tras varias visitas a la zona del desastre y después de consultar a los peritos que están trabajando en los informes definitivos, debilita la tesis de que la rotura de la presa se debió a un corrimiento de tierras, versión que sostiene la empresa que diseñó y ejecutó la obra, Geocisa, así como los técnicos de Boliden Apirsa, la empresa minera de Aznalcóllar. Berga evitó ayer descartar abiertamente esta hipótesis, pero no mencionó el corrimiento de tierras ni los seísmos entre las posibles causas del accidente y sugirió que se investiguen los posibles efectos que sobre la estabilidad de la cimentación del embalse han podido tener "las filtraciones de agua, las reacciones químicas provocadas por las aguas ácidas o las voladuras practicadas en las minas".

El informe elaborado por Berga precisa que un frente de 800 metros del dique se desplazó sobre su cimentación hasta una distancia máxima de 54 metros. "Las tensiones provocadas por este desplazamiento hicieron que el dique se rompiera en la parte de mayor curvatura", explicó el experto. Berga, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de la Universidad Politécnica de Barcelona, insistió en que su informe, solicitado por la Comisión Internacional de Grandes Presas (Icold), pretende ofrecer una descripción "objetiva, técnica y provisional" de lo que sucedió en Aznalcóllar el pasado 25 de abril. "No tratamos ni de responsabilidades ni de temas judiciales, sino que nos limitamos a dar una explicación técnica de un suceso que todavía se está investigando y está sujeto a un proceso judicial", añadió. La rotura del embalse de estériles mineros provocó el vertido de tóxicos en las proximidades de Doñana.

Mejorar la seguridad Berga apuntó ante los asistentes al simposio, procedentes de diversos países, que el desastre de Aznalcóllar debe servir para "extraer una conclusión o lección", que resumió en tres apartados: en primer lugar, citó la necesidad de mejorar la seguridad las balsas de estériles mineros en su diseño, su construcción y su explotación; seguidamente, destacó la necesidad de revisar el inventario de este tipo de embalses que hay en España -el último que se realizó data de 1988- y evaluar los riesgos de cada una de ellas sobre las personas y sobre el medio ambiente; y por último, reclamó una legislación específica para este tipo de construcciones. El catedrático destacó que el riesgo de rotura de los embalses mineros es "dos o tres veces superior" al de las presas convencionales.