Irresponsables en los vertidos a Doñana

En la madrugada del 25 de abril, la Guardia Civil recibió la llamada de un vecino que vive en una finca próxima a la mina de Aznalcóllar. Dijo que había oído un estruendo terrorífico. 40 metros de una presa que mide dos kilómetros de frente se habían roto, dejando escapar una sustancia tóxica que avanzaba en forma de serpiente. Limpiar la zona inundada de lodos cuesta, según el conservador de Doñana, 30.000 millones. Aparte los lodos rocieros. Durante la campaña electoral de 1996, la ministra Loyola de Palacio denunció a la presa minera. Un vertido de agua contaminada en los ríos Agrio y Guadiamar le hizo decir que "de llegar al Gobierno, el PP se comprometía a poner en marcha las medidas necesarias para reducir los efectos producidos y exigir a la empresa sueca Boliden que pague las indemnizaciones". Dos días después, el PP ganaba las elecciones. Dos años después, la presa se rompe. Ya ha discurrido mes y medio, los trabajos de limpieza van lentísimos y los políticos declinan sus responsabilidades, los técnicos se acusan unos a otros y los directivos de Boliden desean lavarse sus sucias manos. Unos y otros se culpan y se pasan la pelota, y cual patata caliente se la arrojan. Han pasado la Feria de Sevilla y el Rocío y, entre copas, bailes y jolgorios, ¡pelillos a la mar!. Aquí no pasa nada, vamos a divertirnos. Todos desean minimizar el desastre ecológico, la tragedia de Sanlúcar y la de más de 20 pueblos. Nadie dimite y menos desean ir a la cárcel, mientras pasan los días y el veneno continúa dejando los campos desérticos. Lo que sí es verdad, es que los responsables de la tragedia son unos irresponsables y, además, unos impresentables que no se merecen ocupar cargo alguno.- Valentín Collantes García. Sevilla.