Las declaraciones de Arzalluz

Estoy profundamente consternado por las declaraciones efectuadas por el señor Arzalluz, en las que dice: «Solamente son vascos de verdad los nacionalistas». No sé si esas declaraciones las realizó tras inaugurar algún batzoki y tomar unos potes con sus compatriotas o es que ya no sabe lo que dice, porque quiero recordar que el padre de este sujeto fue un destacado requeté (que no son nacionalistas, precisamente). Por lo tanto, el señor Arzalluz no es vasco-vasco, ya que procede de familia «extranjera», según se puede entender de sus propias palabras.También quiero hacer referencia a no sé qué palabras diciendo que «los verdaderos vascos hablan euskera», pues, señor Arzalluz, acaba usted de mandar a la guillotina al candidato por su partido a lehendakari, el señor Ibarretxe, así como a Anasagasti, Rubalkaba, Ormazábal... porque lo que es hablar euskera saben poco, por no decir nada de nada.

Le quiero decir también que no tiene poder para decir si uno es vasco o no lo es, porque, en tal caso, su bien amada Euskadi se iba a quedar con cuatro y el del tambor, porque, a todo esto de ser nacionalista, habría que añadir, según palabras de este personaje en años anteriores, a los del RH, a los que saben euskera y a los que tienen los ocho primeros apellidos vascos. Es decir, que se iban a quedar cuatro, como le pasó al señor Sabino Arana, que se casó con una señora de un pueblo perdido del País Vasco para no manchar su sangre, y, cuando murió, su viuda se nos casó con un castellano, miembro del instituto armado de la Benemérita (Guardia Civil).

Por último, le quiero decir al señor Arzalluz que sé el vascuence -no ese batua de hace cuatro días-, tengo el RH negativo, nueve apellidos vascos, he nacido en esta tierra, pero, como me siento vasco y español, no soy vasco-vasco porque usted lo decida.

Muchas gracias, señor Arzalluz, ésta es la mejor manera en que usted puede desprestigiar a los vascos, o, lo que es lo mismo, al nacionalismo. Señor Arzalluz, usted ya no está para estos trotes, y si antes sus palabras me asqueaban y me avergonzaban, ahora me dan risa.-