Frente común para acortar diferencias comerciales entre bloques económicos

El superávit comercial de Japón con Estados Unidos ha sido un asunto tradicionalmente polémico en las relaciones entre los dos países más ricos del mundo. En los últimos meses, la tensión entre los dos Gobiernos se ha intensificado como consecuencia de la crisis en los mercados asiáticos, que ha truncado el esfuerzo de las compañías estadounidenses para ganar peso en la región y en una economía cada vez más mundializada.Las cifras son abrumadoramente favorables a Japón, cuyas exportaciones a Estados Unidos se incrementaron un 5,3%, hasta 1,3 billones de yenes (1,5 billones de pesetas), el pasado mes de marzo. Las importaciones, por contra, disminuyeron un 0,2% y se situaban en 881.220 millones de yenes (1 billón de pesetas).

Con esas magnitudes, el superávit japonés con EEUU registró en marzo un aumento del 19%, hasta 449.000 millones de yenes (516.000 millones de pesetas).

Frente a la Unión Europea, el excedente comercial de Japón aumentó un 180%, a 356.400 millones de yenes (409.860 millones de pesetas).

Los problemas de la economía japonesa y la caída del consumo interno fuerzan a las compañías niponas a mejorar sus posiciones en mercados alejados del sureste asiático. La debilidad del yen será de gran ayuda en ese esfuerzo y lo que quieren las compañías estadounidenses y europeas es que sus Gobiernos presionen a Japón para que liberalice el mercado interno y no base toda su estrategia de expansión en la debilidad de la divisa y el apoyo soterrado a las empresas nacionales.

Desde hace meses, los dirigentes estadounidenses y europeos presionan a Japón para que adopte medidas que estimulen el consumo interno, mediante recortes de impuestos, y ayuden a reducir el déficit público y fortalecer la moneda.