El Grupo de Contacto congela los fondos yugoslavos en el extranjero para forzar el diálogo sobre Kosovo

El Grupo de Contacto decidió anoche congelar los fondos yugoslavos en el exterior, una medida ya anunciada hace un mes en Bonn, como nueva palanca de presión sobre el régimen de Slobodan Milosevic para que inicie negociaciones inmediatas con los independentistas albaneses de Kosovo. Altos funcionarios de EE UU, Rusia, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia, reunidos durante siete horas en Roma, acordaron dejar para una nueva fase, a la vista de los resultados, el bloqueo de las inver- siones en Serbia y Montenegro. En la provincia de mayoría albanesa la policía serbia dio muerte ayer a un supuesto miembro del separatista Ejército de Liberación, en las cercanías de Prilep. En esta localidad se celebraron los funerales de tres albaneses fallecidos el lunes en choques con tropas de Belgrado.

El tímido compromiso de Roma, que deberá ser sometido a los respectivos Gobiernos, es el mínimo posible tras las manifiestas divergencias entre Estados Unidos, que quería ir más lejos, Rusia, aliada de Belgrado, y países como Francia o Italia, reticentes a ampliar el castigo contra el régimen de Belgrado. A la reunión asistió Juan Antonio Yáñez como representante del ex jefe de Gobierno español Felipe González, a quien la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la UE han propuesto como mediador y que veta Milosevic.

En Tirana, el primer ministro albanés, Fatos Nano, declaró en el Parlamento que las potencias occidentales deben considerar urgentemente el despliegue de tropas de la OTAN en el norte de Albania para impedir la extensión del conflicto. Fuentes de la Alianza Atlántica en Bruselas aseguraban ayer que la OTAN se mantiene alerta sobre los acontecimientos en Kosovo, pero descarta por el momento enviar fuerzas a Albania.

El presidente de Montenegro, el reformista Milo Djukanovic, reiteró ayer en Bonn el apoyo de su país, federado con Serbia, a las exigencias de las potencias sobre Kosovo, pero pidió a cambio que la diminuta república satélite de Belgrado sea excluida de las sanciones internacionales.