El partido del escándalo

El partido decisivo, el que disputaron el domingo Juventus e Inter de Milán, se ha convertido en el partido del escándalo. Un penalti no señalado a Ronaldo en el minuto 69 ha provocado los comentarios más apasionados y ha colocado en evidencia al Juventus, acusado de ser un equipo con privilegios. Las portadas de la prensa eran unánimes en ese sentido y en el calor de la discusión han intervenido también los políticos. Fue el tema del día: críticas a la federación, responsable de los árbitros, y desolación en el Inter, cuyo propietario, Massimo Moratti, dejó entrever que podría abandonar el fútbol. Ronaldo dijo sentirse avergonzado por la decisión del árbitro. Ayer volvió a insistir en su frustración antes de subir al avión que le llevaría a Brasil, donde jugará ante Argentina el próximo jueves: «Estoy muy triste por lo sucedido el domingo. Todos saben que para mí el fútbol es felicidad, pero sólo cuando jugamos 11 contra 11. Cuando el partido es 11 contra 12 resulta algo triste».

Ayudas al Juventus

Tras Ronaldo han ido todos los demás. «Con todo el respeto hacia la Juve, éste no quedará para la historia como el más limpio de los títulos», decía el diario deportivo La Gazzetta dello Sport en su editorial. «Mientras el club con más apoyo en Italia saborea el que puede ser su 25º título, un grito de indignación se propaga en condena por otro árbitro que le echa una mano al equipo de Marcello Lippi». La acción del colegiado Ceccarini no ha quedado como un hecho aislado. Buena parte de la prensa ha puesto de manifiesto otras ayudas arbitrales al Juventus en esta y en pasadas temporadas. Y a la prensa se han unido algunos políticos, que se manifiestan a favor de la profesionalización de los colegiados. Un parlamentario de Refundación Comunista hizo una pregunta al Gobierno sobre los favores arbitrales al Juventus, con motivo de un gol anulado en el partido Émpoli-Juventus, que terminó con victoria de 1-0 a favor de los actuales líderes.

El líder de la indignación, naturalmente, es el dueño del Inter de Milán, Massimo Moratti, algunas de cuyas declaraciones después del partido resultan muy habituales en España. Moratti no se limitó a criticar al colegiado, sino que fue más contundente a la hora de lanzar sus dardos contra la federación, que es quien gobierna a los colegiados: «No tengo otra opción que creer que los árbitros sufren un complejo. No lo hacen a propósito, es un hábito. Tienen miedo a dañar a la Juventus. Y ésa es la regla, no la excepción». Por eso Moratti se confesó perjudicado y puso su futuro en duda: «Estoy tomando en consideración cualquier tipo de solución, y lo decidiré dentro de muy poco. No tengo muchas ganas de seguir en este mundo (del fútbol). A lo mejor no estoy en el sitio adecuado».