Zubin Mehta: "El futuro de las orquestas europeas debe ser privado"

Zubin Mehta, el director de orquesta indio, reparó el martes con creces el honor de la Filarmónica de Víena en Madrid. De paso, la Escuela Superior de Música Reina Sofía aprovechó la presencia del músico en España para que apadrinara la creación de su cátedra de contrabajo. Mehta, nacido en Bombay hace 62 años y contrabajista en su juventud, cantó las excelencias de las ayudas privadas para la música.

Rodeado del presidente de Banesto, Alfredo Sáenz, patrocinador de la nueva cátedra, y de Paloma O'Shea, la cabeza visible de la escuela, Mehta sentenció que las contribuciones de empresas deben ser "el futuro de financiación para las orquestas europeas". Pero, quizás, la expectación por la presencia de Mehta en el acto se había creado más por la reaparición de la Filarmónica de Viena bajo su batuta que por la firma en sí. El director quiso zanjar la polémica. "Los músicos, aunque toquen en la Filarmónica de Viena, son seres humanos y pueden equivocarse", dijo. "Se ha hablado mucho en Austria de lo que pasó aquí en Madrid. Lo han repetido diecisiete veces por la televisión", cuenta. "Espero que ahora repitan por lo menos dieciocho veces el éxito del concierto de ayer [por el martes]". La Filarmónica vienesa, una de las formaciones más prestigiosas del mundo, se estrelló contra el público de Madrid en enero pasado a las órdenes de Lorin Maazel con una interpretación del Bolero de Ravel que provocó el pasmo, los gritos, los pitos y las protestas del público. Lo que según Clemens Hellsberg, el presidente de la formación musical vienesa, constituyó "el mayor fracaso en la historia" de la orquesta, se ha tornado ya en otro éxito de Mehta y los vieneses, que volverán a ser bien recibidos después de ejecutar una gran versión de la Primera Sinfonía de Mahler.

Mehta aseguró que había disfrutado mucho el martes y que ahora iba a repetir la experiencia en Colonia (Alemania) y en París con el mismo programa y los mismos músicos, que, por cierto, viven de subvenciones oficiales. "El público madrileño abrió su corazón", dice Mehta, y todo acabó siendo un éxito. Mehta es un director asiduo en España que por su amistad con O'Shea y con la reina Sofía asesora la escuela que ambas presiden. Es un músico popular, tanto que hasta la prensa del corazón aprovechó su presencia en Madrid para acribillarle con preguntas acerca de su relación con la familia real. "La Reina Sofía es todo bondad y una madre excelente", repetía pacientemente ante la insistencia de los micrófonos. Pero en lo que realmente insistía era en la prédica del modelo de financiación privado de orquestas que existe en Estados Unidos, en contraposición al modelo público que han adoptado desde hace décadas las grandes orquestas europeas. "En Estados Unidos, la gente ve las orquestas como algo propio, en lo que participa directamente a través de donativos o incluso con sus testamentos, y eso es muy emocionante".

Tanto la recién creada cátedra de contrabajo, que dirigirá Ludwig Streicher, como otros empeños de formación puestos en marcha por la Escuela Reina Sofía son para Mehta "antiguos sueños que tuvimos en su día Paloma O'Shea y yo". "Sé que en España hay un enorme talento para la música", asegura. "En los años sesenta, cuando empecé a venir asiduamente, existía un nivel de formación bajo con respecto a otros países europeos y ahora, con estas iniciativas, el prestigio de los músicos españoles crece día a día.