Gresca entre Djalminha e hinchas

La tensión contra Djalminha, cuyas correrías nocturnas junto a su compatriota del Fiorentina Edmundo, han indignado a la afición coruñesa, estalló al acabar el partido. Una veintena de hinchas de la peña radical Riazor Blues le esperó a la puerta del estadio y le recibió con una lluvia de improperios. "Borracho" fue el insulto más suave que escuchó. Djalminha no se arredró por la agresividad de sus antagonistas e incluso trató, de encararse con ellos. La intervención de su compañero Paco y del jefe de prensa del Deportivo, Siro López evitó que el incidente acabara a bofetadas. Mientras López avisaba a la policía, Djalminha se plantó en la puerta en actitud desafiante. "Voy a salir andando, yo no tengo miedo a nada" repetía el futbolista, quien el pasado martes recibió en el entrenamiento la visita de dos policías que querían preguntarle por la denuncia que presentó contra él y Edmundo un ciudadano británico a raíz de un incidente en el casino de la ciudad. Djalminha logró su propósito de salir del estadio a pie, junto a su esposa y uno de sus hijos, aunque esoltado por una decena de guardias de seguridad que le acompañaron hasta su automóvil. Por el camino arrecíaron los insultos contra él. Los Riazor Blues también habían colocado una pancarta en el estadio para acusar a los futbolistas de "no sentir los colores" y reclamar soluciones inmediatas al presidente, Augusto César Lendoiro. Durante el partido los hinchas radicales invocaron reiteradamente el nombre de Bebeto, una actitud censurada con silbidos desde otros sectores del estadio.