Valle-Inclán, Galicia y la libertad amenazada

Dispensando, dos notas sobre el caso, que no es caso, Valle-Inclán y la representación de sus obras en Galicia.En primer lugar, los lectores deben saber que el Centro Dramático Galego fue creado para representar obras teatrales en gallego, independientemente, claro está, de la cuna del autor, y así se hizo a lo largo de su historia. En gallego se representó, por ejemplo, y con notable éxito, a Shakespeare o a Molière. El Centro Dramático Galego no se creó, sería absurdo, para hacer lo que ya hace el Centro Dramático Nacional u otras compañías semejantes de financiación pública.
En segundo lugar, ¿es aceptable moralmente que alguien imponga el veto a una lengua? En Galicia, el galleguísimo Valle-Inclán puede ser representado en castellano, portugués, inglés o chino, pero no en gallego. ¿Debería un escritor permanecer in diferente ante este desprecio a las palabras heridas? Lo que me pregunto, como patriota de la bíodiversidad, es lo siguiente: ¿puede alguien poner el veto a una lengua, sea cual sea? ¿Puede una administración, creada para lo contrario, aceptar y amparar esa fobia?
Como en tantas otras dimensiones de la vida cotidiana, lo que hoy está en juego en Galicia es, sencillamente, la libertad. Y para muestra, un botón. Esta misma semana, la televisión autonómica pública transmitió la gala de entrega de premios del teatro gallego que llevan el nombre de María Casares. En un acto descarado de censura, se cortó la intervención de Manuel Lourenzo, homenajeado de honra y premio nacional de Teatro 1997, por sus alusiones críticas a la Consejería de Cultura. Con todo lo que está pasando en Galicia, gobernada de forma predemocrática y caciquil, el muy querido y admirado Valle-Inclán hubiera escrito una nueva comedia bárbara. Por supuesto, sería censurado-
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