Una noche muy larga

Estrenada en plena fiebre consumista navideña, en un solo cine, en versión original subtitulada y desprovista de cualquier tipo de publicidad directa o indirecta, Sub Urbia es una de esas típicas películas que una vez más confirman que si el cine norteamericano sigue a la cabeza del mundo no es sólo por su imparable fuerza económica, sino también gracias al ingenio que encierran producciones de bajo presupuesto como ésta.Protagonizada por excelentes y desconocidos actores, íntegramente desarrollada en exteriores a lo largo de toda una noche en la perdida localidad de Borndfield, está basada en la obra de teatro, de Eric Bogosian, que también ha escrito un buen guión, y la ha dirigido con su característica habilidad Richard Linklater, un realizador muy poco o nada conocido, pero digno de toda atención.

Después, de realizar dos películas inéditas en España, Slaken (1991) y Dazen and confused (1993), Linklater se da a conocer entre nosotros con Antes del amanecer (1995), que tiene un cierto éxito. Mientras en aquélla cuenta el deambular durante un día de una francesa y un norteamericano que se han conocido por casualidad en la ciudad de Viena, en esta ocasión narra la peripecia durante una noche de varios amigos, que se conocen desde siempre, por la ciudad en que han nacido.

Dos modelos

Lo interesante de SubUrbia reside en que estos amigos, tres muchachos y dos chicas que viven prisioneros en un perdido lugar de Estados Unidos del que no saben si pueden o tan siquiera quieren huir, se enfrentan con dos modelos muy diferentes de vida pero que todavía les satisfacen menos que su propia existencia, y se enfrentan a ellos con cierta violencia.Por un lado, la vida que lleva uno de ellos, que ha triunfado como cantante y vuelve a su ciudad con motivo de una actuación para disfrutar de su fama, presumir ante sus amigos y tratar de darles un trabajo con el que puedan salir del pozo sin fondo donde viven. Y por otro, la que aspira vivir el ambicioso paquistaní propietario de un establecimiento que permanece abierto 24 horas, que sólo sueña con ser rico, tener una gran piscina y tumbarse a tomar el sol. Sin embargo, ni la una ni la otra les gustan, su anarquía y falta de ambiciones les impiden ver más allá de la noche en que viven. Hábil director de actores, Richard Linklater no sólo consigue que sus desconocidos actores estén espléndidos y actúen como un grupo conjuntado con perfección, sino que da a la película un interesante aire existencial.