Anguita interpreta que IU se ha consolidado y se hace imprescindible para formar una alternativa de izquierda

¿Qué se puede hacer cuando los resultados, por mínimos que sean, superan las expectativas? Celebrarlo, aunque, al final la cosecha de votos no fuera tan espectacular como hacían prever los sondeos. Unos 13.400 votos, papeleta arriba, papeleta abajo consiguió Izquierda Unida en las elecciones de ayer. Votos y votantes -un 0,9%- que consideran ganados con sudor y que son el germen de una nueva organización de IU en Galicia.Julio Anguita, al analizar los resultados, mostraba su satisfacción y aseguraba que el objetivo se había cumplido: IU está en Galicia por primera vez sin que sus mensajes hayan sido "distorsionados, ensombrecidos y manipulados".

Todos sabían que no habría diputado. Pero que los resultados, fueren cuáles fueren, serían buenos por dos razones: la primera porque servirían para comprobar el apoyo real de una organización que, hasta ahora, nunca se había enfrentado a las urnas. La segunda, porque su presencia en el proceso electoral restaría inevitablemente votos a sus antiguos compañeros de Esquerda Unida-Esquerda Galega.

No hay que alegrarse con la desgracia ajena, pero eso no vale en política ni en ruptura de enamorados. Y en el caso de IU se mezclan ambas: la ruptura y una lucha política desesperada por ocupar un nuevo territorio.

Para el líder de IU, se ha confirmado el reconocimiento social hacia la organización gallega. Y queda claro el fracaso de la coalición PSdeG, Esquerda Unida-Esquerda y Os Verdes. "La unidad", sentenció Anguita "sólo puede hacerse con IU". "Si de verdad se quiere ganar a la derecha se tiene que construir una alternativa que pasa por programas de izquierda", agregó.

Xesús Redorido Abuín, candidato por A Coruña, era más rotundo: "Me alegro de estos resultados porque la confabulación que se ha creado para hacer desaparecer a IU ha fracasado. Sí hay que lamentar, desde un punto de vista de la izquierda, que haya salido de nuevo el PP".

También Víctor Ríos, coordinador de Presidencia federal y Manuel Peña Rey, candidato a la Xunta por IU, hacían referencia a sus antiguos compañeros de Esquerda Unida-Esquerda Galega y lamentaban una división que "se ha visto que no ha favorecido, en ningún caso, a la izquierda. "El triunfo de Fraga", añadió Peña Rey, "es un mal resultado para Galicia. Es una derrota para todos".

De todas formas, cortas son las noches electorales y más cortas sus alegrías. Los 20.000 o 30.000 votos, según los primeros sondeos, se quedaron en algo mas de 13.000 para IU. En los pasados comicios gallegos, IU obtuvo en coalición con Unidade Galega, 44.000. Antes de IU, el PCG logró poco más de 20.000.

Y si esto se celebra, ¿qué ocurriría si se hiciera el milagro de conseguir un diputado? Nadie se lo cree. Pero, en ese caso, se iría a la catedral y se pondría en marcha el botafumeiro. Y que el Apóstol Santiago reine en Izquierda Unida, para siempre.