La monarquía del pueblo

THE ECONOMIST

( ... ) Han abundado las críticas sobre la forma en que la familia real reaccionó ante la muerte de Diana. Una encuesta de MORI para el Sun, realizada los días 7 y 8 de septiembre, revelaba que la opinión acerca de la familia real había empeorado para un 39% de los ciudadanos. Sin embargo, la misma encuesta señalaba que un 73% desea la continuidad de la monarquía, cifra que llegaba hasta el 82% si el príncipe Guillermo, hijo mayor de Diana , fuera el próximo rey.Si ése es todo el sentimiento antimonárquico, los partidarios de la corona pueden estar tranquilos. Este semanario no está con ellos. En octubre de 1994, The Economist expresaba la conveniencia de abolir la monarquía, y las razones para ello no se han visto alteradas por los últimos sucesos. En 1994 decíamos que la monarquía "es la antítesis de todo aquello que defendemos: democracia, libertad y recompensa por lo que se consigue, más que por lo que se hereda. El tiempo de la monarquía ha pasado". A menos que, de eso se trata, la monarquía siga siendo popular. La reacción ante la muerte de Diana ha mostrado el grado de popularidad que puede alcanzar un miembro de la familia real. En democracia, si la gente quiere tener un rey, debe tenerlo. Sería mejor que esa popularidad se viera confirmada por medio de referendos, especialmente al producirse una sucesión. Así, no habría dudas sobre la voz del pueblo, y el monarca se vería investido para su función.

14 de septiembre