Los senadores de Pinochet bloquean la reforma para la plena democratización del Congreso chileno

de ChileCon los decisivos votos de los senadores designados por el régimen militar, la Cámara alta rechazó en la noche del martes (madrugada de ayer en España) un proyecto de reforma constitucional propuesto por el Gobierno para abolir, precisamente, la institución de los senadores designados. La determinación del Senado, que por tercera vez desde el reinicio de la democracia en 1990 aborta iniciativas similares, implica que la composición totalmente democrática del Senado, uno de los hitos para el término de la transición a la democracia, se mantendrá como asignatura pendiente.

En diciembre, después de las elecciones parlamentarias, deberán ser designados nueve senadores, para terminar de constituir así una Cámara alta de 47 miembros, un quinto de los cuales no son elegidos en votación popular. Aunque la enmienda triunfó por 25 votos frente a 20, no fue aprobada debido a que requería un quórum mínimo de 28 votos. Para pasar la reforma, las fuerzas de centro e izquierda que componen la gubernamental Concertación necesitaban el voto de siete senadores opositores. Y éste no se produjo.A pesar de que el Gobierno estaba dispuesto a negociar nuevas concesiones, los senadores duros de la derecha no cambiaron de actitud. De esta manera, en el Senado ocurrió algo que se repite en esta prolongada transición: el bloqueo de los los proyectos de ley más importantes.

El Gobierno dice que el resultado es el producto de la composición no democrática del Sena do. Después de la votación, el ministro del Interior, Carlos Figueroa, afirmó que era preferible "una derrota dulce", como la que lograron los partidarios de la reforma, a una "victoria amarga", como la de quienes no dieron el quórum. Según él, el resultado no fue un fracaso porque "aquí hubo una votación en que 25 senadores electos, es decir, el 65% votaron a favor, y sólo 12 la rechazaron". Agregó que en la Cámara alta "primaron las nostalgias del pasado" y anunció que en marzo del próximo año, cuando esté renovado el actual Parlamento, el Gobierno insistirá por cuarta vez, "no por majadería, sino por que ésta es una institución que desvaloriza el voto ciudadano", en la abolición de los senadores designados. En marzo de 1998, el general Pinochet dejará la jefatura del Ejército y se incorporará como senador vitalicio.