Algo más que un poder en la sombra

La salida de Rafsanyani del Gobierno no significa ni mucho me nos su retirada de la política. Una figura de su habilidad y su relieve siempre encuentra acomodo en alguno de los resortes del poder El anuncio, antes de las elecciones, de que seguiría al frente del Májma-e-Tashkiss-e-Masslehat (algo así como el Consejo de Discernimiento de los intereses superiores del régimen) podía significar mucho o ser simplemente un retiro dorado. Los últimos acontecimientos sugieren lo primero.El Consejo de Discernimiento es el foro que reúne a los "padres de la patria", una treintena aproximada de hombres que representan a todas las facciones del régimen. En él se sientan desde el gobernador del Banco Central, Asad Nur Baskh, un reconocido pragmático, hasta el oscuro ayatolá que promovió la fatwa del imam Jomeini contra Salman Rushdle. Hasta ahora, el presidente de la República era también el presidente de ese Consejo.

Los objetivos declarados del Consejo, que hasta ahora se tenía por poco activo, eran el arbitraje entre el Majlís (Parlamento) y el Consejo de los Guardianes de la Constitución (conocido como Consejo de Vigilancia), y decidir la estrategia ante problemas no abordados por la Constitución, es decir, aconsejar al guía supremo. En su comparecencia ante la prensa el pasado domingo, Rafsanyani añadió un tercero: "Asistir y aconsejar al Gobierno en la resolución de los problemas".

Si a esto añadimos que la sede de dicho Consejo va a estar en la misma presidencia de la República, cobra fuerza la interpretación de una presidencia colegiada. Jatamí desmintió ayer que Rafsanyani vaya a convertirse en el virtual número dos del régimen ("la Constitución establece que, después del supremo guía, el número dos es el presidente", aseguró), pero de lo que no cabe duda es de que el presidente saliente va a ser algo más que un poder en la sombra.