Poesía, música y cabaré se reúnen en la primera jornada de 'Poética'

El Festival Poética de Festimad, que se desarrolla a lo largo de este fin de semana en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, reunió en su jornada del sábado -tras el concierto de inauguración del viernes- una variedad de manifestaciones que combinaban, poesía, música, imágenes y cabaré. Chico Ocaña y los Mártires del Compás, Mercedes Ferrer, Ana Rosetti, Jesús Ferrero, José Agustín Goytisolo y Albert Pla, entre otros, dieron muestra de cómo la poesía es un hilo común que puede manifestarse a través de distintos lenguajes.

El público que el sábado abarrotó la sala de actos del Círculo de Bellas Artes en dos sesiones, se mostraba dispuesto a dejarse sorprender y hasta conmover por lo que pudiera suceder en el escenario. Poética es un lugar de encuentro para diferentes búsquedas que sólo tienen un lugar común: aquello que logre hacer vibrar una fibra sensible entre la emoción y el entendimiento. En su segunda edición este festival tiene como invitados a artistas nuevos y casi desconocidos junto a figuras reconocidas, pero el clima informal y hasta deliberadamente marginal del encuentro iguala a unos y otros en su deseo de mostrarse alejados de una presentación de tipo académico.El sábado por la tarde actuaron el Psico Ballet de Maite León, un espectáculo de expresión emotiva a través del movimiento, los poetas Karmelo Irribarren y Ana Rosett y los músicos Mercedes Ferrer, Chico Ocaña y los Mártires del Compás.

Un programa heterogéneo que marcó el tono de la jornada. A partir de las 22.30 se presentó otro grupo dispar de artistas: Antonio J. Luna, José Agustín Goytisolo, Antonia San Juan, Rafael Feo, Jesús Ferrero y Albert Pla. Por lo general en medio de una escenario vacío o con muy pocos elementos, los participantes desgranaban historias, poemas o canciones sin la rigidez de una actuación formal. Una silla, una mesa, un cenicero, un vaso de agua y un micrófono era todo lo que se necesitaba.

José Agustín Goytisolo escogió poemas que evocaban su niñez, su época de estudiante en pensiones baratas, los escarceos amorosos y personajes que quedaron plasmados en sus versos. Algo parecido hizo Rafael Feo, delante de una percha de sombrero s y desenvolviendo una larga tira de sus dibujos por el suelo, mientras dialogaba con el público entre poema y poema.

Antonia San Juan, sola frente al micro, interpretó varias pequeñas historias, vívidas, desenfadadas, descaradas y algo amargas, en una especie de acto de cabaré en torno a la soledad y el humor.

El novelista Jesús Ferrero quiso llevar a Poética su particular Club de los poetas muertos. Para ello escogió a cinco poetas españoles desaparecidos, todos a edad muy temprana, como Antonio Fernández Iraizoz y Antonio Hervás, fallecidos ambos a los 18 años, además de Chusé Izuel, El Ángel y Eduardo Haro Ibars. Ferrero les prestó su voz para dejar constancia del valor aún latente de su obra.

Guitarra y whisky

Pero fue Albert Pla el que puso fin a la jornada con su singularidad. El músico, actor y poeta, vestido con su corta túnica desastrada y acompañado sólo por una guitarra y una botella de whisky, llevó a cabo en- el escenario una deconstrucción de sus temas, ya bastante inestables en sus versiones originales. A la manera de un Bob Dylan -capaz de convertir en irreconocibles sus canciones más universales- Pla hizo lo suyo subrayando el carácter literario por encima del musical, enfatizado, como sólo él sabe hacerlo, por el personaje teatral en el que se convierte.Anoche estaba prevista la presentación de Silvio, Leopoldo María Panero, Claudio Rizzo, King Putreak, Ramón Colomina, Marina Oroza, Roger Wolfé, Frank T., Mari y Lindsay Kemp, para concluir el certamen.