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Clinton pacta con empresas de EE UU un código de conducta en el Tercer Mundo

Bill Clinton presidió ayer en la Casa Blanca la firma de un acuerdo para combatir la sobrexplotación de la mano de obra en países del Tercer Mundo. El pacto se ha conseguido tras largas negociaciones entre el Gobierno, los sindicatos, las organizaciones humanitarias y varias grandes empresas con factorías en el extranjero. Ese "código de buena conducta" prohibe el empleo de menores de 14 años y establece una semana laboral de un máximo de 60 horas, con la obligatoriedad de un día de reposo.

Organismos independientes vigilarán las condiciones de trabajo de los talleres y fábricas de propiedad estadounidense en América Latina y Asia y concederán a los que no practiquen la sobrexplotación un certificado que podrá exhibirse en sus productos y campañas publicitarias.El acuerdo prohíbe el acoso sexual y el uso de presos y de niños como mano de obra. La edad mínima para poder trabajar en factorías de propiedad estadounidense queda fijada en 14 años. Dos de los gigantes de ropa y calzado deportivo de Estados Unidos, Nike y Reebok, están entre las empresas firmantes del pacto, además de Liz Claiborne, L. L. Bean, Patagonia y Nicole Miller.

Numerosas campañas de protesta han denunciado en los últimos años en Estados Unidos las condiciones en las que algunas empresas, en particular las relacionadas con el calzado Y la confección de ropa y artículos deportivos, buscan aumentar beneficios a base de fabricar sus productos en países como Haití, Indonesia, Vietnam y China.

Los promotores de las campañas de denuncia aseguran que esas empresas tienen a menores de 14 años trabajando siete días a la semana, en jornadas de 12 y 14 horas, y con remuneraciones equivalentes a 20 centavos de dólar (menos de 30 pesetas) la hora. Recientemente se supo que 56 obreros de una fábrica de Nike en Vietnam, un país con régimen comunista, fueron castigados a correr en el patio bajo un sol abrasador. El castigo duró hasta que varios trabajadores cayeron desvanecidos.

Vaso medio lleno

Gene Sperling, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, calificó ayer el acuerdo de "un paso positivo, si no histórico, en la erradicación de los sweatshosp", la palabra inglesa para definir los talleres industriales donde se sobrexplota la mano de obra.Sin embargo, varias organizaciones no gubernamentales que no han participado en las negociaciones han denunciado el pacto, porque consideran que establece un excesivo tiempo de trabajo semanal y no fija ni siquiera un salario mínimo. "Uno", replicó ayer Sperling, "siempre puede discutir si el vaso está medio lleno o medio vacío, pero el hecho es que en este asunto hasta ahora ni siquiera había vaso".

Uno de los aspectos más controvertidos del acuerdo es el de quién se encargará de la inspección de las condiciones de trabajo en los talleres y fábricas de empresas de EE UU en América Latina y Asia. "La inspección", dice Jay Mazur, presidente de la Unión de Trabajadores del Textil de EE UU, ".no debe quedar en manos de las propias empresas".

Para el sindicalista, no se puede "dejar a los zorros la tarea de guardar las gallinas". Los sindicatos y las organizaciones humanitarias reclaman formar parte de los organismos independientes que se encargarán de supervisar el cumplimiento de los acuerdos.

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