Medios actos

El Centro Dramático Nacional ha dado buen escenario y buena compañía a tres autores jóvenes. No estoy seguro de que se pueda considerar como obras a estos tres diálogos-básicos que duran minutos cada uno (poco más de una hora entre todos): son entradas, principios. "Medios actos" se decía hace tiempo, como si un acto se pudiera dividir. El primero es sentimental y ligón; el segundo, burlesco y contemporáneo; el tercero, un absurdo trágico con final feliz. Gustó más al público el segundo, tenía más construcción el tercero y más ingenuidad el que abre la sesión. La operación es buena. Hay muchos escritores que están dispuestos a irse a otros géneros: a la novela o el ensayo, si alcanzan; al guión de televisión, si descienden mucho. Quizá estas oportunidades, como las que les puedan dar las salas alternativas, les retengan, o les lleven al teatro como una de sus expresiones: tiene características propias que permiten otra manera de escribir y de percibir el efecto inmediato de su literatura. Lo que han hecho en la Olimpia todavía no es verdadero teatro: apenas situaciones. La complicidad del director y del escenógrafo, y el excelente trabajo de los actores, les ayudan a salir adelante.