Los socialistas piden que se levante el secreto sobre las escuchas de Mitterrand

La decisión gubernamental de mantener bajo la fórmula "secreto de defensa" todo lo concerniente al espionaje y escuchas telefónicas realizadas con la aquiescencia del fallecido presidente François Mitterrand ha sido criticada tanto por la izquierda como por la derecha. El socialista Lionel Jospin dijo, refiriéndose al citado visto bueno presidencial: "Si es cierto, es una historia bien triste". Para el primer secretario del partido socialista, el comportamiento de Mitterrand "no corresponde a la idea que me había hecho de él", pero eso no le impide pedir "al Gobierno y a Alain Juppé que levanten el secreto de defensa" para acabar así "con el secretismo monárquico en nuestro país". El ex ministro liberal François Léotard considera el caso como "un atentado grave contra las libertades individuales", y cree que "invocar hoy el secreto de defensa para un periodista o un escritor equivale a una curiosa concepción del Estado y su defensa".

Mientras, los rumores sobre unas eventuales elecciones anticipadas, que exigirían de Jacques Chirac una disolución de la Asamblea, siguen cobrando fuerza. Alain Madelin, ex ministro liberal de Economía y Hacienda, reunió ayer a mil de sus partidarios para decirles que "intuía la proximidad de unas legislativas".