¡Qué lástima!

Qué lástima que, al comentar la vergonzosa y cínica zancadilla de Estados Unidos a la lucha contra la droga que libra Colombia, su diario haya incurrido en los artilugios mañosos que son dignos de otro tipo de prensa, no de ustedes: otorgar franqueo de verdad a las vaguedades y omitir las certezas que no convienen a su argumento.Dice su editorial de hoy que "la opinión colombiana consideró culpable de aceptar dinero del narcotráfico" al presidente de Colombia. No sé qué clase de datos secretos tienen ustedes para afirmarlo. Lo que sí consta es que el Parlamento, por votación abrumadora que representó a miembros de todos los partidos, lo declaró inocente. ¿Por qué este hecho se oculta a sus lectores en el editorial? Y si pretenden auscultar los designios de la opinión pública, ¿por qué no dicen que el precandidato presidencial con mayor popularidad es, justamente, el ministro del Interior, Horacio Serpa, a quien se identifica como el más cercano colaborador y defensor del presidente Samper? No es la primera vez que aparecen estos abultados prejuicios en los últimos días. Hace poco (febrero 19, 1997), otro editorial suyo afirmaba que nuestro premio Nobel, Gabriel García Márquez, había decidido no regresar a Colombia "mientras Samper continúe en la dirección del Gobierno ".Esto fue desmentido por el propio García Márquez.

Quienes leemos y respetamos EL PAÍS aspiramos a que no se deslice por la cuesta del periodismo acomodaticio y tramposo. Ustedes han sido víctimas de él en semanas recientes: por favor, no lo imiten cuando se refieren a Colombia-